La Contraloría en buenas manos
Desde que abrimos este espacio hemos siempre insistido en la importancia de la buena gestión pública. Sin ella se compromete la cantidad y la calidad de la provisión de bienes y servicios que el Estado debe brindar a los ciudadanos. Por lo general, el análisis de la gestión pública a nivel de opinión pública se restringe a evaluar si se gastó mucho o poco, y no se enfoca en si se gastó bien o mal. Y a veces, lamentablemente, los que gastan un alto porcentaje de su presupuesto no necesariamente lo gastan bien. Por ello, es fundamental que la gestión pública se oriente más hacia resultados y no se centre exclusivamente en la capacidad de gasto.
Esta precisión viene a colación a propósito del nombramiento del nuevo contralor de la República, Nelson Shack, pues un elemento central dentro de toda buena gestión es contar con instancias de control y fiscalización igualmente eficientes. El actual contralor tiene el reto de cambiarle la cara a la Contraloría y de hacer de ella una entidad que no solo vele por la legalidad de los procedimientos de gasto, sino también por la eficiencia del gasto público. El cómo hacerlo será, sin duda, el desafío más importante.
Por lo pronto ya ha adelantado que, dados los escándalos que llevaron a la destitución de su antecesor, reemplazará a todos los funcionarios de la alta y media dirección de la institución. Esto contribuirá a devolverle la credibilidad y prestigio afectados durante la gestión anterior y a encausarla hacia la que es su función orgánica: cautelar el buen uso de los recursos del Estado, sin que ello signifique interferir o paralizar la inversión pública.
Asimismo, Shack ha precisado que su gestión se enfocará en siete aspectos: aprobar una Nueva Ley Orgánica del Sistema Nacional de Control para reestructurar la Contraloría; impulsar la transformación digital del sistema de control; que los controles previos que efectúe la institución sean vinculantes; reforzar el control institucional regional y provincial con la creación de oficinas en todo el país; mejorar los mecanismos de coordinación entre los auditores y la sociedad civil para fortalecer la participación ciudadana en el control de los Gobiernos regionales y locales; realizar un control concurrente en las obras que se efectuarán como parte de la reconstrucción de las zonas afectadas por el Niño Costero; y solicitar mayor presupuesto para poder implementar todas estas reformas. Si bien son metas ambiciosas, son medidas que necesita el país y que requerirán del apoyo de todo el aparato estatal, pero también de la sociedad civil.
Conozco a Nelson Shack desde cuando ambos éramos estudiantes universitarios, y en todos estos años he sido testigo de su destacada carrera. Por el lado profesional, Nelson tiene una importante experiencia en el Estado, habiéndose desempeñado, entre otros cargos, como director nacional del presupuesto público en el Ministerio de Economía y Finanzas y como director del Banco de la Nación. En el lado personal, es una persona ética, trabajadora y con un gran amor y dedicación por el Perú.
Su postulación fue, sin duda, un acierto del Gobierno, y es más auspicioso aún ver que la oposición aceptó dicha candidatura. Ha sido una gran noticia en este mes de celebraciones patrias. Desde Videnza Consultores queremos desearle el mayor de los éxitos en este nuevo reto profesional. Él, y el Perú, se lo merecen.
Janice Seinfeld
Directora ejecutiva de Videnza Consultores