A propósito de la píldora del día siguiente: la economía del comportamiento
Como bien sabemos, en un Estado laico, las normas y políticas públicas están basadas en los derechos de las personas y no en creencias religiosas, pues representa a todos sus ciudadanos, sin distinción ni discriminación de ningún tipo.
Usualmente, las políticas más influidas por los sectores religiosos son aquellas relativas a la libertad sexual, la igualdad de género, los derechos reproductivos y la prevención de las enfermedades de transmisión sexual.
En nuestro país, modernizar el Estado pasa, entre otros muchos aspectos, por hacer que en la práctica sea auténticamente laico. Y en esa línea, en este espacio consideramos acertada la decisión del Poder Judicial de ordenar la distribución de la píldora del día siguiente en dependencias públicas de salud. Era una medida que limitaba el acceso a personas con menores recursos económicos y, por tanto, vulneraba sus derechos.
Los hacedores de política pública deben tener en cuenta, sin embargo, que si bien la disponibilidad de métodos anticonceptivos es un buen paso, no necesariamente cambia las decisiones personales o colectivas en relación a la reproducción y/o conductas sexuales riesgosas. El cambio de paradigmas y conductas tiene que venir acompañado de una estrategia combinada que ataque los verdaderos impulsores de la toma de decisiones; y para lograrlo, la economía del comportamiento podría ser un aliado a considerar.
Su premisa es que las personas no siempre tomamos decisiones desde el punto de vista racional, sino que hay muchos otros factores involucrados: en el caso de embarazo adolescente, influye el descontar más el futuro a favor de beneficios o ingresos presentes, la búsqueda de sensaciones nuevas y cómo las normas sociales aceptadas en el grupo influyen en la toma de decisiones y los llevan muchas veces a comportamientos sexuales riesgosos.
En Australia se aplicó un programa piloto que enviaba mensajes de texto a jóvenes con consejos para tener una adecuada salud sexual y reproductiva. Los resultados arrojaron una tasa relativamente baja de retirada, retroalimentación positiva y una mejora observada en el conocimiento de la salud sexual y de pruebas de enfermedades de transmisión sexual: el 80% encontró los mensajes entretenidos, el 68% informativos y el 73% se los mostró a otras personas.
Las cifras de embarazo adolescente en nuestro país deben conminarnos a ser más creativos. El Estado debe plantearse intervenciones transversales y multidisciplinarias que permitan generar cambios visibles y de rápido impacto.
Janice Seinfeld
Directora Ejecutiva de Videnza Consultores