Planteamientos electorales en el sector salud
El miércoles 10 de febrero participé como comentarista en el Foro Temático Elecciones 2016, organizado por La República y Latina TV, en alianza con otras instituciones. El tema discutido en esa oportunidad fue el sector salud. Representantes de 17 partidos políticos que competirán en las próximas elecciones generales presentaron sus propuestas y se intercambiaron opiniones respecto de las políticas públicas que deben ser priorizadas, así como de su factibilidad e impacto. En este espacio quiero compartir con ustedes algunos puntos transversales que considero importantes.
En el encuentro hubo consenso sobre los problemas que afronta el sistema de salud nacional. Somos conscientes de nuestras deficiencias: se mantiene un sistema de salud muy desintegrado, tanto a nivel de prestaciones como de acceso a medicamentos; la confianza en las instituciones de salud es baja; existe un gran déficit de médicos especialistas que, además, no están bien distribuidos en el territorio nacional; persisten obstáculos para un aseguramiento universal de salud, así como dificultades en el primer nivel de atención, entre otras complicaciones. El gran reto es proponer medidas concretas sobre la base de la evidencia descrita, que permitan combatir los principales problemas y obtener el impacto deseado.
Un primer punto a considerar es el financiamiento. Una propuesta recurrente es aumentar el presupuesto en salud para buscar el aseguramiento total de la población y una cobertura completa. Puede sonar como una salida efectiva, pero habría que ver el espacio fiscal para que el Estado enfrente los costos asociados que conlleva esta medida. De hecho, pocos países de la región alcanzan niveles tan altos de cobertura y más bien se opta por financiamientos mixtos, así como por un fondo para enfermedades catastróficas. Considero que para definir el financiamiento y el espacio fiscal, primero debemos reorganizar la oferta de servicios de salud. En esa línea, considero fundamental un ordenamiento adecuado de los servicios en redes integradas de salud que, organizadas territorialmente, faciliten la rectoría. Además, se debe pensar en el uso de tecnologías de información que generen beneficios a los pacientes, profesionales de la salud y la sociedad en su conjunto, desde la prevención hasta el tratamiento. Hablamos de historias clínicas electrónicas (aspecto también reconocido en los planes de gobierno), salud móvil y telemedicina. Para ejecutar estas iniciativas, cabe destacar la apertura del mercado de telecomunicaciones y los avances en el tendido de fibra óptica impulsados por el actual Gobierno, los mismos que deberán ser continuados y reforzados por la siguiente gestión. Todo ello abre nuevas posibilidades a tomar en cuenta para mejorar los servicios de salud.
Considerando lo anterior, es positivo escuchar propuestas que efectivamente empiezan a hablar de redes integradas de salud, integración horizontal de los servicios y esquemas de referencias y contrarreferencias, todo ello encaminado a una mejor coordinación en el uso de la infraestructura, el equipamiento y los recursos humanos. Sin embargo, falta aún aterrizar las propuestas: establecer cómo se ejecutarán, en qué tiempos, qué insumos requerirán y cuánto costarán. Para que las redes funcionen adecuadamente debemos migrar de una gestión médica con una mirada netamente sanitaria, a una con mirada de gerencia del sistema. Ello requiere, entre otras medidas, capacidad de gestión e implementación de sistemas logísticos, informáticos y presupuestales. Lamentablemente, nada de esto fue abordado de forma adecuada en el citado foro.
En las próximas semanas vamos a escuchar diversas propuestas para solucionar problemas complejos del Perú, entre ellos los del sector salud. Es probable que algunas sean irrealizables y debemos ser conscientes de ello, pero también vemos planteamientos más sensatos que deben ser impulsados. Es nuestro deber informarnos sobre ellos y exigir a sus protagonistas que los lleven a cabo. Trabajemos para que todo lo discutido no quede simplemente en buenas intenciones. El Perú lo necesita.
* Este post fue escrito en colaboración con Santiago Paz, Videnza Consultores.