In memoriam: Jorge Fernández–Baca
Hace poco más de un mes nos sorprendió la repentina partida del economista Jorge Fernández–Baca. Quiero aprovechar este espacio para rendirle un humilde reconocimiento, pues fue un profesional con el que compartí distintos espacios académicos y laborales: fue mi profesor, mi primer jefe y, posteriormente, fuimos colegas en el Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico (CIUP).
Jorge me enseñó los cursos de Macroeconomía, Política Monetaria, y Crecimiento en la Universidad del Pacífico. Fue un docente muy comprometido con sus alumnos. No creo que haya faltado alguna vez a clase en todo el tiempo que fue mi profesor. Era muy claro, preciso y tenía un conocimiento de la economía que pocos colegas poseen: podía enseñar microeconomía o macroeconomía, indistintamente. Fue a raíz de su gusto por el dictado que se animó a escribir libros académicos. Sus textos de microeconomía han sido desde entonces un “clásico” entre los alumnos, quienes lo consultan permanentemente.
Estando en mis últimos ciclos de universidad, ingresé al CIUP como asistente de investigación. Jorge se convirtió en mi primer jefe y me permitió familiarizarme con áreas en las que luego ahondaría. Fueron años en los que tuve la oportunidad de desarrollar diversos temas ligados al crecimiento económico, los cuales trabajé directamente con Jorge. Años más tarde, él asumió la dirección del CIUP (1996-1998), y yo partí al extranjero a seguir mis estudios de maestría y doctorado. Cuando regresé al Perú, volví al CIUP, esta vez como investigadora. Fue en este periodo cuando con Jorge desarrollamos estudios sobre microeconomía ligados a la salud y la regulación, temas que seguimos trabajando juntos desde Videnza Consultores. En febrero de 1994 publicamos el artículo “Diferencias regionales en crecimiento e inversión en capital humano: un análisis preliminar,” en Pobreza y Políticas Sociales en el Perú; y al año siguiente publicamos el libro Capital humano, instituciones y crecimiento económico (Universidad del Pacífico, setiembre 1995). En este último desarrollamos teorías de crecimiento endógeno que resaltan la participación del capital humano y abordamos los derechos de propiedad, un tema novedoso para la época que, con la apertura y expansión del mercado, ha ido cobrando cada vez mayor relevancia.
El aporte de Jorge Fernández-Baca a las entidades reguladoras fue fundamental. En algunas de ellas, como es el caso del Indecopi, participó desde su creación, y su gran diferencial fue añadirles el componente económico a sus estructuras institucionales. Entre otros cargos, se desempeñó como presidente del Tribunal de Defensa de la Competencia y de la Propiedad Intelectual del Indecopi (1993-1996) y como vicepresidente del Tribunal Administrativo de Solución de Reclamos de Usuarios del Osiptel (Trasu, 2011-2015).
Personalmente, siento mucho la partida de Jorge. Fue un gran colega, un amigo cercano y un profesional que siempre demostró consecuencia con sus ideales.