Curados en salud
La aprobación de un decreto legislativo que regula las remuneraciones en el sector salud ha sido la medida más difundida de la reforma de salud puesta en marcha a fines del año pasado. Sin embargo, en diciembre último se emitieron otras 23 leyes importantes como el intercambio prestacional entre las entidades del sector público y la conformación de redes integradas de atención primaria. Con ello se busca incrementar la cobertura, mejorar los servicios, aliviar la carga financiera de los hogares e instaurar la cultura de la prevención.
Se trata, sin duda, de un paso hacia adelante, pues las carencias de infraestructura, médicos especialistas y acceso a medicamentos son limitantes enormes del sistema.
La firma de convenios para el intercambio prestacional entre el SIS, EsSalud y los gobiernos regionales es una primera iniciativa importante. Sin embargo, para que sea una solución efectiva debe existir oferta disponible. ¿Es suficiente este intercambio entre gobiernos regionales y EsSalud? Las limitaciones de oferta parecen ser demasiado grandes en Lima y las regiones como para que esta iniciativa sea suficiente.
No solo se requieren mayores recursos, sino también combatir una serie de ineficiencias para aprovechar de mejor manera aquellos disponibles. En ese sentido, uno de los principales problemas de la salud pública en el Perú es su alto grado de fragmentación. La evidencia internacional muestra que los servicios de salud fragmentados disminuyen el acceso a los servicios, generan uso irracional e ineficiente de los recursos y una menor satisfacción de la población.
Para combatir esta situación hay que formar redes integradas de salud (también reguladas por el DL N° 1166 emitido en el marco de la reforma). Estas deben organizarse territorialmente, además de convocar y articular aliados en el sector privado. Igualmente, se debe:
- Alinear la oferta de servicios de salud con la demanda en cada territorio específico.
- Cambiar el foco de atención actual, centrado en la atención hospitalaria, hacia un modelo centrado en las atenciones primarias y dando mayor relevancia a la prevención y promoción de la salud (dado que las enfermedades crónicas son cada vez más prevalentes: cáncer, diabetes, hipertensión, entre otras).
- Institucionalizar un programa de técnicos comunitarios en salud, apropiadamente capacitados y equipados, como primer eslabón de la formación de las redes integradas de salud.
En la última CADE, el sector privado se comprometió a invertir US$ 1,000 millones para ampliar la oferta en 2,000 camas hospitalarias, crear modelos de baja complejidad para descongestionar el primer nivel de atención, elaborar una plataforma virtual de historias clínicas compartidas, y promover el uso de medicamentos genéricos de calidad. En cuanto al Estado, el presupuesto del sector para este año aumentó en 22% respecto del 2013.
Al parecer, tanto el Estado como los privados se están tomando en serio el tema. Ojalá, porque la salud en el Perú demanda gran esfuerzo y requiere tener la voluntad expresa y la ruta a seguir clara.