Lo que aprendí de las Empresas Familiares
En este espacio nos hemos dedicado a transmitir nuestros conocimientos y experiencias sobre el mundo de la empresa familiar, y sobretodo al intercambio de ideas, que siempre hemos considerado fundamentales, para el desarrollo profesional y personal de sus miembros.
Esta vez queremos compartir cuanto nos ha ayudado el haber conocido a distintas empresas familiares durante más de 12 años, el haber tenido el privilegio de ser confidentes y ayudar en muchos casos a resolver distintos conflictos sobretodo, para mantener unida a la familia y con ello asegurar también la continuidad del negocio y el legado familiar.
Lo primero que aprendimos es que con amor, se resuelven la mayoría de problemas en las empresas familiares, un amor incondicional, comprometido y sobretodo capaz de superar cualquier diferencia. Ese amor de madre que logra convencer, a cualquiera, que hay que ceder esta vez en beneficio de otro; ese amor de hermana o hermano que prefiere ser el acompañante y no el protagonista; ese amor de abuelo que está pensando en que a sus nietos no les falte nada cuando ya no esté.
Lo segundo es que la justicia, tal como la conocemos en la vida diaria, no significa lo mismo en la familia. Por ejemplo, habrá un hijo que necesite más de sus padres, otro que sea más independiente, en definitiva, siempre cada hijo será diferente, con necesidades distintas, y los padres se adecuan a ello, aunque eso no sea totalmente “justo”.
Tercero, la familia está siempre, en las buenas y en las malas, en las altas y en las bajas, está por sobre todas las cosas, cuando hay ganancia y cuando hay pérdida, siempre poniendo el hombro, siempre brindando su ayuda en lo que sea posible.
Finalmente, lo más importante para cada familia son sus valores, aquellos con los que formaron a sus hijos, y con los que sus hijos forman a sus nietos, y así sucesivamente, aquellas formas de comportarse que las hacen únicas pero sobretodo sólidas y fuertes, aquellas “formas de hacer” las cosas que sus empleados admiran y comparten, y que se van transmitiendo de manera natural porque se viven durante el día a día.
De las empresas familiares aprendimos que empresas pueden haber muchas… pero familia siempre hay una sola, y por eso, siempre, la familia es primero.