Fortaleciendo el Legado Familiar
En la última publicación donde hablamos sobre la propiedad en la empresa familiar, concluimos con un concepto importante que creemos necesario desarrollar un poco más, sobretodo para ser tomado en cuenta por las generaciones más jóvenes de las familias a las cuales nos dedicamos a estudiar y asesorar; el concepto de “Legación”.
“cada generación tiene ante sí la responsabilidad de gestionar el traspaso generacional de la empresa familiar, cada generación recibió en forma pasiva- a veces casi sin esfuerzo y sin merecerlo- un patrimonio económico, una estructura empresarial que genera valor añadido…… Un patrimonio que con el paso de la primera a la segunda generación se fracciona, y que con los sucesivos cambios generacionales se fragmenta aún más. El ciclo vital comienza con la posesión plena por sucesión del patrimonio, y termina con la legación de ese patrimonio a otra generación. En el mismo momento que hablamos de legación (sucesión) estamos diciendo, guste o no, que nadie es dueño absoluto e indiscutible de la empresa” (Josep Tapies)… Y que el patrimonio se convierte en un Legado Familiar.
El Legado Familiar, no solamente incluye la propiedad y el patrimonio económico, es un concepto mucho más amplio, que toma en cuenta el patrimonio emocional, y sobretodo incluye una serie de valores y “formas” de realizar las cosas que diferencian e identifican a cada familia.
Un amigo nuestro miembro de una empresa familiar ya a punto de pasar a la tercera generación, contaba historias de su abuelo y de cómo este se inició en el Perú, con emprendimientos distintos, el detalle de su historia era tal que uno podía sentir el cariño no sólo por la trayectoria de la familia, sino también el respeto y la responsabilidad por el trabajo de aquellos fundadores iniciales, que lo dejaron todo por la familia y por la empresa, que sembraron la semilla para que hoy se tengan fuertes robles como organizaciones reconocidas a nivel nacional.
Esto es legar, va mucho más allá de la mera sucesión, es comprender que al recibir el traspaso generacional soy responsable del Patrimonio Total de la familia, incluye su nombre, su reconocimiento, incluye el respeto, y la oportunidad de agregarle valor y sobretodo agregarle historia.
Cuando las generaciones jóvenes comprenden este concepto y lo llevan a la práctica, por más fraccionada que este la propiedad económica (acciones), la continuidad está asegurada, porque su principal objetivo será siempre trabajar correctamente en el presente, para que la siguiente generación reconozca su trabajo, su aporte, pero sobretodo para que lo siga transmitiendo y desarrollando.