¿Cómo los valores del rugby pueden ser aplicados al campo empresarial?
Debo ser sincero al contarles que siempre vi al rugby con indiferencia. Influenciado quizás por una pésima experiencia en mi época escolar como alumno del colegio Markham, en la que practicar este deporte era parte del programa curricular deportivo. Fue tras un duro choque con un compañero durante el juego y el poco entendimiento de las reglas, que me llevó a pensar, como a muchos, que este era un deporte de “grandulones que al no tener habilidad jugar al fútbol se dedicaron al rugby”. Pero el éxito no está diseñado para quienes deciden convivir con sus prejuicios sino para quienes rompen sus paradigmas. Soy amigo de varios rugbiers locales e incluso, en mi etapa activa de periodista deportivo, hice cobertura de algunos campeonatos pero nunca me atrajo esta disciplina como para profundizar en ella. Hasta que llegó este último Mundial de Rugby en Inglaterra 2015, con el título de los All Blacks de Nueva Zelanda y con el aguerrido equipo de Los Pumas de Argentina metido en las semifinales. Es en este tipo de espectáculos que entender el juego se hace mucho más fácil para comprender cuando se da un “try”, qué es un ”tuckle” o cuándo es necesario un “scrum”. Pero más allá de la terminología técnica existen una serie de valores y conductas únicas de este deporte que lo hacen diferente del resto. Pero visto desde la perspectiva empresarial, con valores, normas, usos y costumbres que podrían ser aplicadas con mucho éxito en el campo de los negocios.
El famoso tercer tiempo
De arranque, saber qué existe un “tercer tiempo”, en la que los contrincantes, árbitros y dirigentes se encuentran en una reunión posterior al partido para disfrutar en camaradería, en una clara muestra de “fair play”, que rompe los esquemas habituales de cualquier competencia deportiva, para dejar en claro que el espíritu deportivo prevalece sobre el triunfo o la derrota en el rugby. En este sentido, quedan fuera la desilusión, la envidia, los individualismos y los egos, propias de la confrontación deportiva y se da paso a la integración de dos fuerzas que fueron rivales en la cancha pero que fuera de ella pueden convivir con naturalidad, respetando la confidencialidad de sus estrategias. “En el campo empresarial cuando, por ejemplo, un profesional por la demanda laboral del mercado es contratado por una empresa de la competencia es visto con malos ojos por quienes eran sus anteriores amigos de trabajo y dejan de frecuentarlo para que ellos mismos no sean mal vistos en sus oficinas. ¿Dónde queda el respeto a la amistad y al secreto profesional? El rugby nos enseña a que podemos coexistir en un mismo ambiente dos bandas que compiten porque ante todo prima el respeto”, afirma Julio Chirinos, ex rugbier, quien además ha sido jefe de prensa de la Federación Peruana de Rugby y actualmente es un destacado coach empresarial.
El espíritu del rugby
Es quizás la mejor manera de entender la esencia de este deporte. En el rugby se respeta las normas establecidas al pie de la letra y punto. Aquí no existe el concepto “viveza”, que incluso ha sido motivo de elogio en el fútbol, por ejemplo, en el gol de Diego Maradona con la mano ante Inglaterra en el Mundial de México 86. Este tipo de situaciones en el rugby serían imposibles. “En el rugby el espíritu de celebración de un ensayo es rápidamente el agradecimiento mutuo entre toda la gente que compone el equipo. No ves celebraciones circenses ni gestos mediáticos. Alegría por los puntos conseguidos y de nuevo a la brega. No hay norma que diga cómo hay que celebrarlo pero el ‘espíritu’ de este deporte conduce a hacerlo de cierta manera y no de otra”, indica Julen Iturbe, consultor español que ha investigado sobre la relación rugby-empresa.
La disciplina, el control, el respeto mutuo, el trabajo en equipo y la ausencia del individualismo, involucrando a todo el ecosistema del rugby en un mismo espíritu, incluyendo a los entrenadores, jugadores, árbitros, periodistas e hinchas. Es cierto que este tipo de tradiciones pueden considerarse fuera de tiempo, pero ha quedado demostrado que en el rugby este “espíritu” ha sido más fuerte que el tiempo y los cambios. Que las virtudes se han mantenido. De acuerdo a Iturbe los principios del rugby son los elementos fundamentales sobre los que se basa el juego, y permiten a los participantes identificar inmediatamente el carácter del juego y lo que lo hace peculiar como deporte.
¿Se puede implementar el espíritu en la empresa?
¿Qué sucediese si al interior de la empresa se practicase el concepto de espíritu de juego limpio en las diversas áreas? ¿No sería una empresa mucho más limpia, competitiva y aguerrida? Sucede que las empresas no tienen espíritu, sino que se han implementado otros conceptos en las escuelas formación en recursos humanos como “los valores”, “la misión”, “la cultura empresarial” o “el clima laboral”. “Todo más o menos intangible. Frente a la obsesión por fijar procedimientos que la calidad y la excelencia han traído consigo, el espíritu sobrevuela la acción, la impregna pero no la impone. Probablemente trabajar el espíritu de una empresa es labor que lleva su tiempo. Tiene que ver con actitudes, con el trasfondo de lo que se hace, con las motivaciones que quedan ancladas en el interior de las personas y las guían en sus conductas cotidianas”, agrega Iturbe.
En el mundo empresarial de hoy, las empresas no tienen espacio para pensar en el espíritu sino que los colaboradores son condicionados y evaluados por su rendimiento y productividad, es así que a veces tienen que “salirse de la regla” para ganar terreno sobre la competencia. El éxito en los negocios está por encima de cualquier intención de juego limpio. Pensar en el espíritu te hace lucir como un retrograda o ineficaz. Los empresarios de hoy quieren acción, rapidez, aceleración, ¡facturación! Y en esa senda, sobresalen las diferencias profesionales y los egos inflados. El que vendió más, el que estudió la mejor maestría, el que tiene mejores contactos, el que merece ascender… Las celebraciones individuales que permitan a un colaborador lucirse en Linkedin para ser más visible a ser contratado por otra empresa que le ofrezca un poco más de dinero sin pensar en el vacío que dejó en su “anterior equipo”.
El caso del Grupo Presidente Intercontinental
Los valores y disciplina del rugby han sido implementados con éxito en importantes grupos empresariales. Por ejemplo, en la cadena de hoteles Grupo Presidente Intercontinental de México, como explica uno de sus ejecutivos, Julien Debarle, director de operaciones de este importante grupo en una entrevista que concedió al diario El Economista. “Los valores comunes que tiene el rugby con una empresa, nos han llevado a hacer un mejor trabajo. Pensar y actuar siempre en equipo, tener entusiasmo e involucramiento, dedicación al trabajo, respeto de la estrategia y trato respetuoso son los principales lineamientos que se transmiten a los jugadores de un equipo de rugby, lo que menos se encuentra en este deporte es el individualismo y que haya jugadores estrella. Cada persona es un elemento clave dentro del rugby, al igual que en nuestra empresa y del mismo modo que una empresa fuerte debe tener todo tipo de talentos, en el rugby es también indispensable contar con altos, bajos, fuertes, delgados para poder tener éxito, ésa es la clave para nosotros y para nuestra filosofía”.
Esto debe tenerse especialmente en consideración en empresas con una importante cantidad de colaboradores para incentivar el trabajo en equipo. “Nosotros, con 3,500 empleados nos basamos en los valores del equipo, la amistad, la voluntad de estar juntos. No es una suma de individualidades, sino de coordinación con cada uno de los integrantes del grupo, nosotros confiamos en que así ha resultado nuestro éxito”, afirma Debarle.
Las empresas hoy no sólo requieren ejecutivos con conocimiento y experiencia, ese tipo de perfil está sobre ofertado. Para lograr compenetrar verdaderos equipos de trabajo que sigan con pasión los objetivos de la empresa, que respeten los valores y los practiquen, se requieren profesionales con otro tipo de habilidades, las llamadas “soft skills”, como lo es la comunicación efectiva, la escucha efectiva o la inteligencia emocional. El rugby desarrolla todas esas habilidades con mística y tradición. Siempre colocando al equipo por encima del jugador. Trabajo en equipo, respeto, humildad, solidaridad… valores tan necesarios hoy en el entorno laboral. El Mundial de Rugby, nos abrió los ojos a un hermoso deporte pero además, nos dio la oportunidad de descubrir sus valores y tradiciones, tan útiles para aplicarlos al campo empresarial, como en la vida misma.