La Influencia de la Responsabilidad Social Corporativa en la Productividad y en el Desempeño Financiero
Por: Ignacio Risso
Dos focos clave en cualquier negocio son la productividad y el desempeño financiero. Las decisiones casi siempre giran en torno a cómo ser más eficientes en logística, costos, cobranzas, acciones de marketing, entre otros. Por otro lado, muy pocas veces se considera la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) como un medio para elevar el desempeño organizacional. De hecho, suele pasar que la ilusión de desarrollar acciones en esta línea, en beneficio de los stakeholders, muere poco a poco cuando las ideas se van rechazando por el desinterés de la organización por orientar sus esfuerzos hacia esa dirección.
No obstante, la RSC es una forma de agregar valor a los accionistas. De acuerdo con Hasan et. al (2018), al tener que destinar los siempre escasos recursos de la organización a actividades de responsabilidad social, una firma seleccionará eficientemente los medios para hacerlo y perseguirá relaciones productivas con stakeholders que permitan alcanzar mejor desempeño, dejando atrás las vías menos productivas. Asimismo, Govindan et. al (2021) concluyeron que las prácticas corporativas responsables ayudan a que las compañías forjen fuertes relaciones con partes interesadas clave para mitigar riesgos, mejorar el valor de la marca y mejorar el desempeño operacional y económico; mientras que las prácticas irresponsables pueden dañar la reputación de la compañía, ocasionar pérdidas de clientes, y reducir utilidades y retornos.
Así, pues, la RSC parece incrementar las utilidades de una compañía y mejorar su desempeño general siempre y cuando permita: (a) reducir costos – ambientales – de producción; (b) diferenciar el producto o servicio a través de mecanismos de discriminación de precios a favor de la firma socialmente responsable; o (c) innovar en procesos y tecnologías (Newman et. al, 2020).
Lo complicado es medir el desempeño de la RSC en la operación. Para esto, es esencial entender el concepto de Productividad Total de Factores, que generalmente se define como el residual de un proceso productivo o la fracción de salidas que los factores de ingresos no pueden explicar. Pensémoslo de esta manera: para hacer pan brioche necesitamos harina, huevos, azúcar, levadura fresca, mantequilla, leche y sal (ingresos); mezclamos todo, amasamos, horneamos y listo, pan brioche (salida). Sin embargo, esta receta puede tener resultados distintos si la preparamos a nivel del mar o a 3,500 m.s.n.m., ya que la presión atmosférica y otras variables exógenas pueden afectar la textura y sabor final del pan. Así, la productividad total de factores no es directamente observable y necesita ser estimada. Refleja fenómenos como innovaciones tecnológicas, ubicación geográfica, utilización de recursos, capital humano o fluctuaciones de demanda. (Hasan et. al, 2018).
Dentro de los factores a considerar en el sentido del párrafo anterior tenemos: (a) mejora de la imagen y reputación de la compañía; (b) motivación, retención y atracción de empleados; (c) ganancias de eficiencia a la medida en que las organizaciones sean más abiertas a estrategias de producción alternativas; (d) incremento de las utilidades; y (e) la RSC como un medio para reducir o evitar riesgos como prensa negativa. (Newman et. al, 2020).
En cuanto al desempeño financiero, el dilema gira en torno a si es rentable o no. Es probable que las empresas revisen sus políticas de cadena de suministro intentando ser más responsables para la sociedad y el ambiente, incluyendo logísticas de bajo carbono, empaquetado verde, distribución verde, almacenamiento verde, transporte verde, filantropía, entrenamiento de empleados y seguridad y salud en el trabajo. Algunos estudios sostienen que ser verde es rentable por innovaciones que conlleven a una reducción en el uso de energía y recursos y que hacerlo por innovaciones orientadas a reducir externalidades no lo hace. Por otro lado, Børing concluyó que para organizaciones grandes ser verde no es rentable. No obstante, mencionó que dicho hallazgo puede deberse a que su estudio se enfocó en el corto plazo y que reducir el impacto ambiental puede, en el largo plazo, generar ganancias como resultado de mejoras en la regulación ambiental. (Børing, 2019; Govindan et. al, 2021).
En cuanto a productividad, debemos siempre tener en consideración la innovación. Una de las diferentes definiciones de RSC se refiere a las actividades organizacionales que van más allá de la ley al incorporar preocupaciones por temas sociales, ambientales, éticos y del consumidor en la operación del negocio para crear valor al stakeholder. Basados en ella, la RSC tiene dos objetivos de innovación: (a) reducir el impacto ambiental; y (b) mejorar la seguridad y salud de los empleados. (Børing, 2019; Newman et al., 2020).
Estas relaciones dan acceso a las organizaciones a diferentes recursos que pueden utilizar eficientemente y así generar una ventaja competitiva que sea difícil de copiar por los competidores. Asimismo, la capacidad de dichas empresas para crear nuevas tecnologías, nuevos productos y penetrar nuevos mercados aumenta. Para esto, es fundamental que las decisiones de inversión y uso de recursos no sean aisladas, sino que estén alineadas a la estrategia organizacional. (Hasan et. al, 2018). Por este motivo, las compañías que cuentan con un comité de sostenibilidad tienden a tener un departamento de RSC con mejor desempeño que las que no. La lógica detrás es que es muy probable que dicho comité esté compuesto por personas con mejores habilidades y expertise, y que tenga mayor compromiso por los objetivos planteados. (Govindan et. al, 2021).
Finalmente, es importante mencionar que el efecto positivo entre interacción de RSC y la eficiencia de la compañía está mediada por acciones de responsabilidad social enfocadas en servir a la comunidad local (actividades de protección ambiental, educación, etc.). Así, las empresas que dependen más de la economía local son más probables de involucrarse en estos temas. (Newman et. al, 2020). Asimismo, estas organizaciones tienen ventaja para contratar personal capacitado y motivado. Estas personas muestran
Comentario final
La dificultad que existe para medir el impacto de las prácticas de responsabilidad social representa un obstáculo importante para que las organizaciones orienten sus actividades a este ámbito. No obstante, el mundo cada vez pone más presión a las empresas por responsabilizarse por el impacto que genera su giro de negocio en la sociedad y el ambiente. Ir más allá de los que la ley les exige a las empresas implica, por ejemplo, tener y cumplir políticas anticorrupción o antiterrorismo, o cerciorarse de que no exista esclavitud en su cadena de suministro ni trabajo infantil. En este sentido, creo que es clave que cualquier negocio (sea micro o transnacional) se tome un tiempo para analizar a fondo qué es lo que se está haciendo, cuál es su propósito, y plantear una estrategia integrada que permita mejorar el entorno de su operación.
REFERENCIAS
Børing, P. (2019). The Relationship Between Firm Productivity, Firm Size and CSR Objectives for Innovations. Eurasian Business Review, 9, 269–297. https://doi.org/10.1007/s40821-019-00123-y
Govindan, K., Kilic, M., Uyar, A., & Karaman, A. (2021). Drivers and Value-Relevance of CSR performance in the Logistics Sector: A Cross-Country Firm-Level Investigation. International Journal of Production Economics, 231. https://doi.org/10.1080/00220388.2019.1694144
Hasan, I., Kobeissi, N., Liu, L., & Wang, H. (2018). Corporate Social Responsibility and Firm Financial Performance: The Mediating Role of Productivity. Journal of Business Ethics, 149, 671–688. https://doi.org/10.1007/s10551-016-3066-1
Newman, C., Rand, J., Tarp, F., & Trifkovic, N. (2020). Corporate Social Responsibility in a Competitive Business Environment. The Journal of Development Studies, 56 (8), 1455-1472. https://doi.org/10.1080/00220388.2019.1694144