Medidas económicas mundiales ante los efectos del coronavirus
Hace 12 años estalló una crisis financiera en los Estados Unidos y en Europa y la crisis fue global. 2009 fue el peor año de este siglo en términos de la recesión y el desempleo generado. La respuesta, en ese momento, fue a través de políticas monetarias y fiscales expansivas. Bajar tasas de interés a cero y programas de estímulo económico a través de mayor gasto público.
¿Cómo se está respondiendo ahora, dado que en términos económicos ya se vislumbran recesiones y aumentos en las tasas de desempleo y subempleo? Pues de una manera similar. Veamos.
Estados Unidos ha puesto en marcha dos medidas; por el lado monetario, bajó las tasas de interés a cero; por el lado fiscal, implementó un programa de estímulo económico, lo que significa una elevación del gasto público en más de 2 billones de dólares solo en la primera semana de marzo.
Australia anunció el 12 de marzo un programa de estímulo económico por 11.4 millones de dólares, vía subsidios directos a la pequeña empresa y a las empresas de turismo y un pago de una sola vez a las personas de la tercera edad.
China desde fines de febrero está inyectando liquidez a los bancos y solicitando que se posterguen los pagos de deudas, con el fin de aliviar el problema de aquellos que no tienen liquidez, debido al coronavirus. En el mismo sentido han reducido tasa de encaje para inyectar liquidez.
Corea del sur ha inyectado 9.8 billones de dólares desde el 3 de marzo de 2020. Medidas similares se están tomando en Alemania, Italia, Japón y Canadá.
Perú tiene sólidos fundamentos macroeconómicos: estabilidad monetaria, déficit fiscal bajo y deuda pública baja (como porcentaje del PBI). No es poco. Si bien es cierto, en 2008 teníamos un superávit fiscal (ingresos del gobierno mayores que los gastos) y que fue el ahorro que se usó para inyectarlo vía inversión pública en 2009, hoy no tenemos la misma figura, pero sí tenemos un bajo nivel de exceso de gasto sobre ingresos. Al tratarse de una situación excepcional, podemos endeudarnos.
Ahora, supongamos que tenemos la liquidez. La pregunta es cómo la inyectamos y a quiénes. Me parece que tendrían que ser a los pobres extremos más aquellos (formales o informales) que vivan al día. No solo a
los que están registrados en programas sociales. No tenemos un censo de informales. En estas circunstancias es mejor pecar por exceso que por defecto. Hagamos más general la entrega del dinero (podrían ser alimentos debido a la emergencia). Todos tenemos que ayudar. Que los bancos, financieras y acreedores comprendan que mucha gente no podrá cumplir con su pago mensual y que no se les ponga moras.
Es como si todo hubiera parado 15 días. Reiniciamos la economía en 15 días. No queda otra.