¿Cómo fue el 2019 y qué podemos esperar del 2020?
En 2019 la economía mundial experimentó un crecimiento de 2.5%, la menor tasa desde 2009; esta última fue explicada por los impactos de la primera crisis financiera internacional del siglo XXI. Antes de 2009, pasamos por un boom de la economía global que cubrió el período 2003-08. A partir de 2010 ocurrió una gran desaceleración económica mundial, que incluyó a las dos potencias mundiales: China y los Estados Unidos. Esa tendencia se mantiene hasta hoy.
Ello impactó en la evolución de América Latina, en la que 18 de los 20 países se desaceleraron en 2019, es decir, crecieron menos que el año previo. Por lo tanto, el primer hecho observable es que la desaceleración es mundial y como consecuencia regional. La Cepal en un reciente informe señala que la desaceleración económica de América Latina 2014-20 será la peor de los últimos 40 años. Queda claro que cuando los grandes motores de la economía mundial van mal, la región sigue la misma trayectoria. Si revisamos la historia económica regional de los últimos cien años, llegaremos a la misma conclusión.
En el caso del Perú, la economía creció 4% en 2018 y alrededor de 2% ese 2019. Las proyecciones apuntan a un rango entre 3% y 3.5% para 2020. Pregunto; si en diciembre de 2018 la proyección fue 4.2% y cerramos en 2%, ¿por qué ahora creeríamos que es factible más de 3%? ¿Qué tendría que cambiar para lograr la meta mayor que 3%? La pregunta es clave pues de las respuestas dependerá la evolución del empleo.
Veamos. ¿Qué tiene a favor Perú? Pues la estabilidad macroeconómica: estabilidad monetaria (inflación dentro de la meta del Banco Central), tendencia a un manejo disciplinada de las finanzas públicas y bajo nivel de deuda pública como porcentaje del PBI. Sin embargo, los campos político e institucional no muestran señales de mejora. Desde mi punto de vista la ecuación es así: disciplina macroeconómica + entorno económico externo favorable = aceleración del crecimiento económico.
Si queremos romper esa ecuación de manera de hacer más sostenible el crecimiento, la única opción es hacer reformas, las grandes ausentes desde hace bastante tiempo. De lo contrario quedaremos al vaivén de la evolución de la economía mundial, que no se ve bien para 2020. Las proyecciones para 2020 muestran un crecimiento de 2.5% (similar a 2019). China crecerá 5.8% menos que la barrera sicológica de 6%. Recordemos que China sostuvo crecimientos de dos dígitos hasta 2011. De ahí en adelante parecería haberse estabilizado en 6%. Y Perú le exporta a China más de la tercera parte de lo que le vende al mundo, en especial cobre.
Incertidumbre política (¿cómo será el congreso que elegiremos en enero?, ¿quiénes se perfilarán para 2021? ¿Ganará una postura de izquierda radical y/o populista?), ausencia total de reformas en sectores como educación, salud, seguridad ciudadana e instituciones y un entorno económico externo desfavorable hacen que por lo menos pongamos en duda las proyecciones oficiales.