Sobre el por qué y el cómo
En mis más de diez años de experiencia profesional me debo haber hecho acreedor a un “PhD Honoris Causa” en reuniones corporativas. En todo ese tiempo, además del título, obtuve una visión sobre un error común: solemos preocuparnos mucho más por el cómo que por el por qué de nuestras acciones.
Esto, creo yo, se ha ido acentuando en temas digitales. Esta vorágine temporal en la que nos vemos envueltos (por lo general, por la continua evolución, no de nosotros sino de terceros) hace que nos preocupemos demasiado del cómo hacer las cosas sin haber empezado en el por qué.
Twenty Twelve, una serie cómica de la BBC, hizo una parodia a todos aquellos que confunden “estrategia digital” con palabreo y uso herramientas “2.0″
La gente suele asociar “estrategia digital” al uso de herramientas (que si Twitter, si Facebook, si YouTube, etc), nos enfocamos más en la segunda mitad, en lo digital, sin darnos cuenta de que la base está en la estrategia.
Crear una estrategia es un arte basado en razones, estas escapan del molde de lo correcto e incorrecto. Una estrategia te lleva del punto actual, llamémoslo A, a una visión que podemos llamar el punto B. Una estrategia pavimenta el camino para que la transición, entre A y B, sea lo más eficiente posible.
Tomemos como ejemplo Google+: Google necesitaba pasar de un punto en el que tenía una serie de elementos dispersos (video en YouTube, correo con GMail, blogs con Blogger) y llevarlos al siguiente, en el que todo formara parte de un ecosistema social, porque cada uno de esos elementos son parte de la identidad “digital” de sus usuarios. Su estrategia (lo resumiré, por ahora, de forma grosera para ilustrar mi punto) es ser la médula de tu identidad digital. Google+ es su “táctica” para lograrlo.
Pero si hablamos de que una estrategia te lleva del “ahora” a la visión que tienes de tu negocio, producto, etc. ¿cómo es que lo logra?. Si bien las estrategias son ad hoc a quienes las arman (o necesitan), hay puntos comunes en su creación:
Estado de situación
Todo lo que aporte a entender el momento en el que te encuentras
Visión u objetivo
En esta me detendré un poco más. Cuando estructuramos una visión debemos entender qué queremos conseguir y por qué queremos conseguirlo.
Por ejemplo, nuestra visión es obtener x% adicional de participación del mercado (nuestra visión, a todo esto, TIENE que ser medible). Pero ¿por qué queremos obtener ese adicional? Aquí entran a tallar algunos aspectos interesantes para estructurar aquella visión.
- Conocimiento de los competidores: ¿cuánto y por qué esta creciendo el resto?
- Conocimiento del entorno: ¿hasta dónde puedo crecer?
- Conocimiento de las tendencias existentes: ¿a dónde apunta la industria? ¿qué ha quedado obsoleto?
- Conocimiento del público: ¿a quiénes llego? ¿qué características tienen? ¿cuáles son sus motivaciones
Si se dan cuenta, aquí se puede generar un pequeño ciclo. Es más, lo ideal es que sea así. Es decir que, habiendo aprendido todo lo anterior, lo más probable es que entiendan el estado de situación de otra manera. Que piensen en optimizar sus procesos o incluso en replantear su visión y objetivos.
Tácticas y acciones
En esta etapa decidimos cómo llevar a cabo lo anterior, decidimos herramientas, momentos y tiempos.
Evaluación de resultados
Aquí es donde uno entiende por qué es tan importante que nuestros objetivos sean medibles.
Es por todos estos puntos mencionados que nadie que ignore tu modelo de negocio, industria, core, etc., a profundidad, puede encargarse de trabajar tus estrategias.
Interesante: De los cuatro puntos claves mencionados anteriormente, los dos primeros -y más importantes- están relacionados al “por qué”. Mientras que el resto, lo ejecutivo, más relacionado al cómo.
Cuando hablemos de estrategias, tenemos que pensar en estructuras espiraladas, en continuos, en dinámicas cíclicas. Porque, como seguro ya se habrán dado cuenta, esto no se termina con la evaluación de resultados. Esta etapa tan solo marca el regreso a cero.
Tomemos como ejemplo Twitter, un servicio que empezó casi sin ninguna dirección, sin ningún modelo de negocio, y pasó a ser una plataforma crucial para enterarnos de lo que ocurre en el mundo. Ahora es una herramienta clave para que las empresas de diversos rubros, por ejemplo, conozcan su público y las necesidades del mismo.
Teniendo lo anterior un poco más claro (y si no, yo encantado responderé sus preguntas), en esta publicación hablaremos de tendencias, entornos y herramientas orientadas a mejorar y pulir sus estrategias, pero no quería partir sin ponernos de acuerdo en la base de las mismas, la importancia del “por qué”.