Los Derivados Financieros y la Crisis del 2008
Por Angelo Vásquez
Alumno de la carrera de Economía y Negocios Internacionales de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC)
The ‘The Big Short’, la reciente película que narra el colapso de las hipotecas subprime y que dio origen a la gran crisis americana del 2008, explica las causas de una de las crisis económicas globales más fuertes que se han vivido en los últimos años.
En un escenario, en que la economía mundial se viene recuperando (entre comillas) de la crisis del 2008, muchas personas no saben del todo bien como se ocasionó esta crisis, ni quienes se vieron beneficiados en ella y, si tal vez el beneficio de estos perjudicó aún más a la economía mundial. Sin embargo, es importante reconocer que esta crisis económica-financiera fue ocasionada por unos instrumentos muy peculiares, desconocidos para personas que no están educadas en temas financieros; tomando en cuenta su gran complejidad. Estos instrumentos son los famosos derivados financieros.
Un derivado financiero es un instrumento cuyo valor depende de un activo subyacente, los cuales pueden ser: tasas de intereses, acciones, índices bursátiles, combustibles, metales, divisas, etc. En otros términos, el valor del derivado depende del precio de otro activo (subyacente). Por ejemplo, supongamos que poseo una canasta de frutas y el precio de esta puede depender del precio de la gasolina que vendría a ser el subyacente, si el precio de la gasolina baja, por consiguiente, el precio del derivado es menor, pero si esta aumenta el precio de la canasta es mayor. Estos instrumentos pueden ser utilizados para la cobertura de riesgos (facilita la transferencia de riesgo entre agentes tanto como para protegerse antes fluctuaciones del tipo de cambio), negociación y para especular con las famosas ventas en corto (con el fin de obtener beneficios mediante la apuesta o especulación).
Los derivados financieros se negocian en dos tipos de mercados: organizados y no organizados. El primero, también conocido como bolsa de derivados, está compuesto por contratos estandarizados por una bolsa de valores. El segundo se negocia en organizaciones no reguladas, como entidades bancarias, y a través de plataformas electrónicas.
Conociendo más sobre estos instrumentos financieros, tenemos que hacernos las siguientes interrogantes: ¿Por qué se dice que la crisis del 2008 fue ocasionada por estos instrumentos tan peculiares y exóticos? ¿Quiénes fueron los principales beneficiados y perjudicados en esta crisis? ¿Por qué a los derivados financieros se les considera como armas de destrucción masiva?
En primer lugar, los bancos de inversión con el fin de aumentar sus beneficios crearon un derivado financiero más conocido como Collateral Debt Obligation (CDO). Este CDO es un instrumento financiero estructurado cuyo valor y pagos dependen de una cesta de activos subyacentes. Esta cesta de activos subyacentes está compuesta por diversos títulos de deuda tales como deudas de tarjetas de créditos, créditos vehiculares, bonos corporativos y la más importante de todas las hipotecas subprime. Por un lado, los bancos de inversión vendían a los inversionistas estos derivados exóticos por ser sumamente seguros y pagar intereses altos (más alto que los de la FED). Por consiguiente, los bancos de inversión crearon cada vez más CDOs y los inversionistas al ver el Quid Pro Quo perfecto, intereses altos y bajo riesgo, decidieron adquirir cada vez más CDOs. Por otro lado, a los bancos ya nos les importaba a quienes los S&L (Bancos de Crédito Hipotecario) brindaban las hipotecas, sino simplemente obtener más hipotecas subprime y crear más CDOs. Los bancos de inversión inclusive pagaron sumas millonarias a las clasificadoras de riesgo tales como S&P, Fitch Ratings y Moody’s, con el fin de que los CDOs obtengan las clasificaciones más altas (más seguras). Era el negocio perfecto, las S&L vendían las hipotecas a los bancos de inversión con esto diversificando así su riesgo, luego estos últimos empaquetaban la hipoteca en el CDO y finalmente los vendían a los inversionistas traspasando así el riesgo de impago del CDO. Como consecuencia de todo ello, el mercado se inundó de CDOs que contenían hipotecas subprime y los bancos de inversión se hicieron más ricos que nunca, ganando sumas millonarias, gracias a una simple acción: vender CDOs.
En segundo lugar, estos CDOs eran sumamente riesgosos por tener hipotecas basura y estaban destinados a fallar. Estos últimos fallaron cuando la tasa de interés aumenta por un incremento en el riesgo de impago, en términos sencillos cuando las personas dejan de pagar sus hipotecas este exótico derivado financiero comenzó a fallar. El más beneficiado de esta crisis, John Paulson (gestor de fondos de cobertura) se dio cuenta de esto. Al notar esto, decidió hacer un corto contra la economía americana. Mediante la compra de un derivado financiero llamado Credit Default Swap o CDS (cobertura por riesgos crediticios o seguro de impago de deuda, en español). Estos últimos son un instrumento de cobertura de riesgo, en el cual el inversionista que adquiere un CDS realiza una serie de pagos al vendedor de estos entre ellos el principal AIG, con el fin de que si el activo fallase en este caso el CDO (aumenta el riesgo de impago por consiguiente aumenta la tasa de interés de los CDOs), los inversores recibirían un ingreso por parte de la entidad que vende el CDS. A continuación explicaré lo siguiente mediante un ejemplo sumamente didáctico de este derivado financiero: supongamos que poseo un auto y adquiero un CDS con el fin de asegurar mi auto, si mi auto se estrella recibo un pago por ello y sino por consiguiente sigo pagando mi seguro. Pero cuando hablamos de derivados financieros cualquier persona puede adquirir un CDS sin la necesidad de poseer un CDO, en términos simples cualquier persona puede adquirir un seguro vehicular sin tener que poseer un auto, por lo cual los CDS se volvieron en un instrumento útil para la apuesta y/o especulación.
Como consecuencia de todo ello, era simplemente cuestión de tiempo para que la burbuja estallara y la economía americana entrara en una de las peores recesiones de la historia. Cuando la burbuja estalló, muchos bancos de inversión, fondos de pensiones y cientos de miles de familias entraron en bancarrota. La tasa de desempleo aumento con una velocidad y con una fuerza descomunal. Los rescates por parte de la Reserva Federal eran inminentes, desembolsaron miles de millones de dólares con el fin de evitar la caída de grandes bancos por el simple hecho de que eran demasiado grandes como para dejarlos caer, ya que la quiebra de estos bancos podría empeorar aún más la crisis económica-financiera que estaba atravesando la economía americana. Muchos inversores entre ellos el mejor inversor de todos los tiempos, Warren Buffet, sentenció a los derivados financieros como armas de destrucción masiva.
En síntesis, los derivados financieros son instrumentos sumamente complejos de entender, utilizar y el mal uso de estos puede hacer que sean considerados como armas de destrucción masiva para la economía mundial. El considerar estos como armas va más allá de su estructura propia, para que una pistola dispare alguien tiene que jalar el gatillo y más que el derivado mismo las armas son aquellas personas que deciden jalarlo. Los derivados financieros no fueron creados con el fin de destruir a la económica, todo lo contrario busca facilitar la vida de los agentes, por lo que el arma de destrucción masiva tal vez no es el instrumento por sí solo, sino la persona que lo utiliza con aquel fin.