Tras la declaración de estado de emergencia muchas empresas tuvieron que paralizar sus operaciones y cerrar.
“La primera preocupación fue la contención, evitar que esta suspensión de actividades no destrozara la compañía, no destruyera empleo ni la cadena de pagos”, señaló Marco Antonio Zaldivar, ex presidente de la Bolsa de Valores de Lima durante el Foro Regional de Alta Dirección.
Refirió que, una vez definidas las fases de reactivación, llegó el momento de la adaptación para el regreso a operaciones, proceso que podría extenderse durante el resto del 2020.
El trabajo no será como antes, se deben priorizar las medidas de seguridad y salud de los trabajadores, así como revisar la cadena productiva, capacidad de turnos y nuevos proveedores, mencionó.
Indicó que el tercer periodo de este proceso, la etapa de disrupción, toma en cuenta la forma de organización de la empresa para mirar hacia el largo plazo.
“En el 2021, será un nuevo escenario, dure lo que dure la pandemia en algún momento va a terminar y nadie sabe cuáles son las costumbres que van a continuar, las que desaparecerán y las nuevas que surgirán”, manifestó.
En este contexto, el especialista brindó seis recomendaciones para que las empresas no fracasen en su retorno a actividades.
Según Zaldivar, durante la adaptación se debe priorizar el efectivo sobre la rentabilidad pues un negocio quiebra por falta de capital y eso es lo que se quiere evitar.
Mientras que en el periodo de disrupción, debe primar el rendimiento pues lo que se busca es la sostenibilidad de la empresa, añadió.
Luego, dijo que es necesario proteger la cadena de pagos porque la empresa no puede sobrevivir sola, lo que incluye cubrir salario del personal, obligaciones con proveedores o distribuidores y atención a los clientes.
Si un eslabón cae se debilita todo el sistema, acotó
En tercer lugar, sugirió buscar plazos largos de financiamiento, por ejemplo, el caso de Reactiva Perú, los créditos salen a tres años con 12 meses de gracia.
Cuando estas en etapa de contención y adaptación, como ya se mencionó, el efectivo prevalece, por lo que es normal que durante el primer año del préstamo no se puedan pagar las cuotas, expresó.
Asimismo, las deudas que se adquieran deben coincidir siempre con los flujos de ingreso del negocio.
“Si la empresa se desempeña en un sector que vende todos los meses de forma constante, puede pagar su cuota cada mes similar a un préstamo personal, aunque en algunos casos las ganancias son estacionales y la generación de dinero se da por fechas específicas en el año, eso es lo que se debe calzar”, complementó.
En la misma línea, recomienda contar con líneas de crédito disponibles pues cuando empezó la cuarentena quienes contaban con este financiamiento lo usaron y quienes no tuvieron que acudir al banco.
Sin embargo, en momentos de crisis a veces es difícil que las entidades otorguen una línea y si lo aprueban tarda mucho hacerse efectiva, añadió.
Finalmente, el experto aconseja revisar correctamente las condiciones y garantías del financiamiento que soliciten.
A veces, por la premura de prevalecer el efectivo, se otorgan garantías muy grandes que limitan la flexibilidad para que dicha cobertura se utilice en otros créditos, advirtió.