Los créditos de consumo vienen mostrando signos de recuperación positivos camino a los niveles tendenciales observados previo a la crisis sanitaria antes mencionada.
Esta recuperación se inició a mediados del 2021, tras casi dos años de contracción, y ha venido acompañada con un incremento del número de deudores. Así, en los últimos 12 meses, 341,000 clientes de consumo se incorporaron al sistema financiero, cifra que representa un incremento del 7.1%, alcanzando los 5.1 millones de consumidores al cierre de marzo del 2023.
Según datos del Banco Central de Reserva del Perú (BCR), al cierre de marzo, el consumo de los hogares a través de las tarjetas de crédito -una forma de crédito de consumo- ha crecido un 30.5% con respecto al mismo periodo del año previo, al pasar de S/ 14,421 millones en 2022 a S/ 18,819 millones en 2023.
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Estas cifras se condicen con lo reportado por la entidad monetaria, la cual indica en su último Reporte de Estabilidad Financiera que, al corte de abril de este año, la disposición de efectivo se ha incrementado en un 40% respecto al mismo período del año pasado.
Esto es, los tarjetahabientes han retirado, al cierre de abril, S/ 937 millones como efectivo de sus tarjetas de crédito, es decir, S/ 271 millones más a lo reportado en similar periodo del 2022 (S/ 666 millones).
En el periodo enero - abril, entonces, el promedio mensual de retiro se ubicó en S/ 905 millones.
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¿Qué implica este incremento?
Sergio Urday, profesor de Economía de la USIL, sostiene que el incremento en la preferencia por disposición de efectivo de las tarjetas de crédito por parte de los consumidores tiene que ver con la forma negativa en que la situación económica nacional ha afectado a las familias. Y, precisamente, muchas de ellas indican que sus ingresos no les permiten llegar a fin de mes, es decir, que no pueden cubrir sus gastos como antes sí lo hacían.
“Probablemente, cada día haya más personas que están perdiendo sus trabajos. Y, esto tiene que ver con que la actual situación económica no está generando las suficientes plazas laborales para toda la población económicamente activa. Por ello, una de las alternativas que tienen los consumidores es recurrir a préstamos -o retirar efectivo- para poder solventar sus gastos en el mes”, refiere el catedrático.
En su opinión, las entidades bancarias han tomado una postura un tanto restrictiva, “por lo que si antes las personas podían acceder a un crédito de consumo pre-aprobado de forma rápida, ahora tienen más restricciones para hacerlo”.
Por ello, dice, muchos consumidores, al no poder acceder a un préstamo en su banco, y al tener una tarjeta de crédito, están optando por disposiciones de efectivo de esta última, los cuales son más caros, pero también más riesgosos.
El economista agrega que las tasas de interés que tienen los retiros de dinero de las tarjetas de crédito son bastante altas, por la razón de que los bancos compensan así el riesgo que hoy perciben en el segmento de consumo. Por ello, si bien es cierto que esta modalidad de obtener efectivo es una opción válida, en el largo plazo podría resultar bastante cara.
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Dato:
- Al cierre de abril de 2022, el retiro de efectivo de las tarjetas de débito fue 50 veces mayor (S/ 33,755) en comparación al retiro de efectivo realizado a través de las tarjetas de crédito (S/ 666 millones).
- En contraste, al cierre de abril del presente año, el retiro de efectivo de las tarjetas de débito fue 35 veces mayor (S/ 33,280) en comparación al retiro de efectivo realizado a través de las tarjetas de crédito (S/ 937 millones).
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