La inclusión financiera en el país avanza aunque por zonas aún registra una amplia dispersión en el acceso y uso de herramientas bancarias, de seguros y de pensiones.
Así, según el Índice de inclusión financiera desarrollado por Credicorp, los limeños conocen ocho productos financieros en promedio, seguidos por los habitantes de Arequipa y La Libertad que conocen siete, en cada caso. En contraste, los de Cuzco y Puno conocen apenas cinco, por debajo del promedio del país (siete productos).
La falta de educación financiera es una de las principales razones de la baja inclusión y hay poco conocimiento de las herramientas que ofrece el mercado, señaló Enrique Pasquel, gerente de la División de Asuntos Corporativos del holding financiero.
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Un segundo factor es el escaso acceso a Internet en algunas zonas del país, que limita a los usuarios a vivir en el mundo físico y condicionar su entrada a estos productos según la cercanía que tienen con una agencia, dijo.
En contraste, aquellos clientes con dispositivos conectados a una red llevan su banco, compañía de seguros o fondo de pensiones “en la mano”, agregó.
Según el estudio, el índice de inclusión a nivel país mejoró en el último año, pues subió de 37.9 a 39.4 puntos. Si bien los peruanos reportan acceso y confianza en el sistema financiero, esto no se traduce en un uso regular ni eficiente de sus productos.
El aumento en este índice se debería principalmente al incremento en la tenencia de productos, en particular la billetera móvil y tarjeta de débito.
Billeteras digitales son puerta de acceso al sistema financiero
En esta línea, Pasquel sostuvo que las billeteras se han vuelto un mecanismo muy potente de inclusión financiera.
“Hoy la puerta de acceso al sistema financiero son las billeteras digitales, porque son las herramientas más sencillas, simples y útiles para la población”, enfatizó.
Una persona de bajos ingresos con un trabajo informal y sin tarjeta de crédito, puede “arrancar” en el sistema con una billetera móvil, pues es un aplicativo masivo, fácil y generalizado, mencionó.
Conforme la gente conoce más los productos, solicita y utiliza herramientas más sofisticadas, como cuentas de ahorro o microcréditos, y si mejoran sus ingresos también empieza a profundizar en instrumentos como seguros, detalló.
El ejecutivo precisó que inclusión no solo hace referencia al acceso de servicios bancarios. Hay un mayor grado de inclusión mientras más productos utiliza el cliente, entre estos, los típicos de entidades financieras como cuentas de ahorro, tarjeta de crédito o billetera digital; así como los que ofrecen compañías de seguros o fondos de pensiones.
Inclusión financiera por ciudades
En un análisis desagregado por ciudades, Lima Metropolitana y Arequipa lideran la inclusión con 45 y 41.6 puntos, respectivamente, superando el promedio del país (39.8 puntos). En contraste, Cusco y Puno registran los peores niveles de inclusión con índices de 34 y 30, en cada caso.
El ejecutivo sostuvo que hay una correlación fuerte entre la tasa de pobreza de una región y su nivel de inclusión financiera, aunque no es un factor determinante.
“Tienen que ver los ingresos per cápita de los usuarios pero, por ejemplo, Cajamarca y Puno muestran similar rango de pobreza y el primero reporta mejor índice de inclusión”, manifestó.
Asimismo, comentó que si bien el conocimiento sobre el sistema financiero es lo que marca la diferencia entre regiones, también lo hace la frecuencia de uso de las herramientas.
En Lima Metropolitana el usuario promedio es cliente de 1.5 entidades financieras, posee 2.59 productos de ahorro y seguros, en promedio, y el 71% no tiene créditos en instituciones formales. En Arequipa, es cliente en 1.4 entidades, tiene 2.08 productos de ahorro y seguros, y el 64% no se financia con entidades formales.
A diferencia de ellos, el cusqueño promedio es cliente en 1.38 entidades, cuenta con 1.71 productos de ahorro y seguros, en promedio, y los usa 1.57 veces al mes. Mientras que el puneño promedio es cliente en 0.94 entidades, posee 1.46 productos de ahorro y seguros y los utiliza 0.49 veces al mes.
El estudio encontró también que en todas las regiones del Perú, las mujeres, trabajadores informales y los adultos mayores de 60 años son los más excluidos del sistema financiero formal. Además, están en este grupo las personas con nivel educativo bajo, los que se auto identifican como descendientes de pueblos originarios, aquellos sin internet y sin empleo.
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Sierra norte y sur más rezagada en inclusión que selva
La encuesta dividió el país en ocho macrorregiones y obtuvo como resultado que la sierra norte y sur reportan los menores índices de inclusión financiera con 33.9 y 32.7 puntos, respectivamente, por debajo del promedio nacional (39.8 puntos).
Así, apenas el 9% de la sierra norte y sur ha logrado incluirse financieramente, sin embargo, más del 60% aún registra niveles bajos de inclusión. El conocimiento de productos financieros, su escaso uso y la poca capacidad de ahorro son los indicadores más críticos.
En tanto, la selva muestra un índice de 37.9, acompañado de un 12% de la población incluida financieramente, un 40% de usuarios en proceso de inclusión y un 49% en niveles bajos. La costa reporta mejores resultados con un índice de 40 puntos, 19% de inclusión lograda y 47% en nivel bajo.