Por Sara Rathner (*)
Con 10.7 millones de personas sin trabajo en noviembre del 2020, incluidas 3.9 millones que llevan 27 semanas o más sin empleo, muchos en Estados Unidos se ven obligados a tener difíciles conversaciones sobre finanzas como consecuencia de la pandemia del coronavirus.
Toda vez que su vida registra cambios importantes, conviene analizar el estado de sus finanzas. Un casamiento, un divorcio, un bebé o un cambio de carrera pueden afectar profundamente la situación de una persona o de una pareja y obligar a reconsiderar quién es responsable de qué.
Si usted comparte una casa con un amigo, una pareja, un hijo grande o con sus padres, este es un momento especialmente bueno para hablar de las finanzas. Aquí algunas recomendaciones acerca de cómo abordar esas conversaciones:
Lo primero, despeje su mente
Pocos sienten que el 2020 es lo que ellos pensaban que sería y nadie sabe cuándo se normalizarán las cosas. Mark Reyes, planificador financiero de Los Ángeles que trabaja para Albert, una aplicación financiera, sufrió una enorme desilusión cuando tuvo que suspender su boda, que había planeado durante dos años con su prometida. Decidieron en cambio hacer una ceremonia modesta en el patio de la casa de su tía.
Si bien creen que hicieron lo que debían hacer, “sufrimos mucho por cancelar la boda grande”, dijo Reyes. “Pasamos mucho tiempo planificándola, para que fuese un día especial”.
Reyes dice que es importante procesar las emociones, que ocultarlas puede complicar las metas financieras, porque uno siempre teme por lo que pueda pasar.
“Mi esposa y yo fuimos muy honestos con nosotros mismos”, manifestó Reyes.
Agregó que observa las tribulaciones de sus clientes. Su compañía trabaja con gente que ha sido despedida o licenciada temporalmente. Quienes se quedan sin empleo, afirma, sienten que perdieron parte de su identidad y que no pueden seguir cumpliendo el mismo papel que cumplían en su casa.
“El hecho de que te quedas sin un ingreso no quiere decir que no tienes valor como persona”, expresó Reyes.
Indicó que su empresa ayuda a esta gente alentándola a tomar medidas y a hacerse cargo de la situación. Por ejemplo, identificando y eliminando gastos innecesarios y considerando posibles trabajos temporales que permitan llegar a fin de mes.
Descargar las sensaciones de tristeza o enojo también ayuda a retomar el camino.
Fíjese nuevas metas. “Enfocarse en lo que es realista e importante para usted es importante en estos tiempos tan duros”, expresó Reyes.
Replantee las responsabilidades en el hogar
Es una vieja receta que garantiza resentimientos: Uno de los miembros de la pareja se queda sin trabajo y toda la carga recae sobre el otro miembro. O los dos trabajan desde casa al tiempo que supervisan a los hijos, pero uno de ellos siente que lo interrumpen más a menudo y que no puede enfocarse en su trabajo. (Y seamos serios: La persona que más veces es interrumpida en parejas heterosexuales es la madre).
Las tareas del hogar no se limitan a cocinas y limpiar la casa. El manejo económico también toma tiempo y todos los adultos de la casa deben participar.
Un informe de UBS Financial Services del 2020 indicó que el 49% de las mujeres dejan que sus maridos tomen las decisiones financieras. También reveló que, debido a la pandemia, más de la mitad de las mujeres se ocupan de cuidar a los hijos, cocinar y limpiar y que casi tres cuartas partes de los hombres se ocupan de las finanzas.
Dependiendo del estado de cosas en la pareja en estos momentos, esa distribución de trabajo tal vez no tenga sentido. Y es hora de una charla seria al respecto. Desde ya, estas conversaciones pueden ser acaloradas.
Nathaniel Ivers, profesor de consejería de la Universidad Wake Forest, cree que los conflictos personales derivan del hecho de que uno quiere que el otro lo comprenda, pero no comprende al otro.
Ivers recomienda usar la primera persona al iniciar la charla. “Si dices ‘me siento abrumado con todas las responsabilidades que tengo ahora’, eso puede generar compasión”, dijo el académico. “Pero si empiezas a echarle cosas en la cara al otro, lo último que vas a recibir es compasión y empatía”.
Fije límites cuando ayuda económicamente a otros
Si un amigo o un familiar necesita dinero y usted está en condiciones de ayudar, puede hacerle mucho bien en tiempos duros. Pero esto puede ser complicado si al prestar o regalar dinero a usted le cuesta pagar sus propias cuentas.
“Es complicado. Quieres ayudar, pero pensaste que sería una o dos veces, y resulta que ya pasaron seis meses”, manifestó Reyes. “Es difícil terminar en esa situación”.
En lugar de ofrecerse a ayudar hasta que la otra persona resuelva sus cosas, hágase cargo de ciertos gastos, como un mes de alquiler o tres meses de electricidad. Su amigo o pariente recibe ayuda y usted puede absorber el gasto.
“Hay que ser firmes y al mismo tiempo gentiles”, según Reyes. “Yo diría: ‘Puedo ayudarte con este tema específico, por tanto tiempo’. Hay que fijar límites”.
(*) Esta columna fue suministrada a la Associated Press por el portal de finanzas personales NerdWallet.