Si además del próximo abono de la Compensación por Tiempo de Servicios (CTS), que está casi a la vuelta de la esquina, cuenta con excedentes que hoy tiene en una cuenta de ahorros, pero desea dar el gran salto y pasar de ahorrador a inversionista, es importante que sepa que –independientemente del monto que vaya invertir– son varios los factores que debe sopesar si decide abrirse paso como capitalista.
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De acuerdo con Sebastián Documet, gerente general de Renta4 SAB, en principio, para pasar de un producto de ahorro a uno de inversión, “se debe ser consciente de que ese cambio implica aprender a convivir y gestionar el riesgo, pero siempre en línea con tu perfil [de riesgo]”.
Adicionalmente, el especialista en inversiones sugiere poner especial atención en estos siete puntos clave para que los resultados que se plantea como inversor sean los esperados:
1. Asesoría
El primer paso para comenzar su transición de ahorrador a inversor es recibir asesoramiento de parte de un experto, tal como lo puede encontrar –según el ejecutivo– en una sociedad agente de bolsa (SAB).
“Actualmente existen diversas plataformas que no se encuentran reguladas y, por eso, las personas deberían tener en claro los beneficios de invertir a través de una entidad regulada”, afirma Documet.
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2. Capital
Debido a que el capital de inversión depende cada cliente, como regla general –a decir de Sebastián Documet– “no se debe invertir un monto que no se puede permitir perder”. Además, el hecho de “tener bajas necesidades de liquidez en el camino hace que no tengas que desarmar las inversiones en momentos inadecuados para atender esas obligaciones”.
Por ello, refiere que en su intento por ofrecer una plataforma que democratice el acceso al mercado de capitales, “para invertir con Renta4 SAB no se requiere un monto mínimo”.
3. Entorno
Según el gerente general de Renta4 SAB, justamente cuando las condiciones financieras se encrudecen, como actualmente sucede, es que debemos buscar alternativas que nos permitan rentabilizar nuestro dinero y “así adelantarnos a los momentos en los que, tal vez, los ingresos que tengamos sean menores”.
4. Factor edad
Sobre la edad en la que sería recomendable pasar de ahorrador a inversor, Sebastián Documet sostiene que se debe empezar a invertir lo antes posible, ya que es la única forma de que el impacto del interés compuesto sea mayor.
“Si uno empieza a los 35 años, en vez de a los 45, y asumiendo un 5% de rentabilidad y un retiro a los 65 años, acumula más del doble de patrimonio”, añade.
5. Perfil de riesgo
Pero, más allá del capital que espera invertir, también es importante que el potencial inversionista conozca su perfil de riesgo, para saber si se trata de un inversor conservador, moderado o tolerante.
“Este perfil estará, principalmente, en función del horizonte de su inversión, sus necesidades de liquidez y su propensión a tomar riesgo, que son los factores que más pesan en la determinación de ese perfil”, sostiene el experto en inversiones, quien también considera que “si tienes planeado optar por una inversión a largo plazo, puedes convivir con la volatilidad de corto plazo”.
Aunado a ello, sugiere no perder de vista los factores psicológicos o de experiencia de vida. “Si uno ha sido emprendedor durante toda su carrera, por ejemplo, tiene una mayor propensión a tomar riesgo, pero debes conocer bien tu perfil y los objetivos que puedes alcanzar siendo coherente con ese perfil”, añade.
6. Rentabilidad esperada
De manera paralela a la determinación de tu perfil de riesgo, en Renta4 SAB indican que el inversionista tiene que establecerse un objetivo y cuantificarlo en términos, por ejemplo, de rentabilidad.
“El objetivo es la independencia financiera. Lo más recomendable es plantearse objetivos de largo plazo para no tomar decisiones apresuradas y un esquema de ahorro sistemático para diversificar los momentos en los que inviertes”, señala Sebastián Documet.
7. Productos a la medida
Habiéndose determinado el perfil de riesgo y los objetivos que espera alcanzar el inversionista, con la ayuda de un asesor especializado, se debe armar una potencial cartera de productos de inversión que va desde acciones, bonos, fondos de inversión, entre otros. Aunque se debe mirar más allá del plano local y pensar de forma global para diversificar nuestras inversiones.
Pero, es importante informarse de los costos asociados a los productos que se van a contratar, así como sobre los impuestos. Sobre este último punto en Renta4 SAB sugieren acudir a un asesor especializado en temas tributarios.