Las acciones de la Bolsa de Valores de Lima (BVL) están cotizando con descuentos, tal como en otros países de la región, como Chile o Colombia.
Así, la relación entre precio y utilidad por acción se ubica en 10.9 veces, en promedio, lo que implica que estos títulos negocian con descuento cercano al 10% respecto de su precio promedio histórico, afirmó Luis Ramos, estratega de acciones de LarrainVial.
Si bien la BVL se recuperó en las últimas sesiones, las acciones todavía operan por debajo del valor que deberían tener, lo que genera espacio para una potencial apreciación cercana a 10%, agregó.
Ruido
Sostuvo que el factor local es relevante para las empresas que cotizan en la bolsa limeña, pues durante la campaña electoral y en los últimos meses hubo mucho ruido político. En estas compañías había un gran signo de interrogación por las medidas que tomaría el Gobierno con relación a una eventual alza de impuestos, manejo de conflictos socioambientales y aspectos regulatorios, dijo.
“Los inversionistas llegaron a esperar una situación peor a la que se habría evidenciado, con (la posibilidad de) un gobierno enfocado en políticas como las que se ven en Bolivia”, acotó.
Apetito
Luego de que el Índice General de la BVL llegó a acumular pérdidas de hasta 25.4% el 19 de agosto, ayer nuevamente volvió a terreno positivo y ahora gana 0.2% en lo que va del año.
Ramos consideró que hay mayor apetito de los inversionistas por activos riesgosos, lo que se refleja en el diferencial entre el rendimiento de los papeles bursátiles y el de los depósitos del Banco Central (BCR).
Hubo dos vientos favorables, uno internacional por el alza del precio del cobre en casi 14% en los últimos 10 días, y otro interno, relacionado con la ratificación de Julio Velarde en el BCR, el nombramiento de sus directores y el cambio a un gabinete ministerial más moderado, indicó en el seminario Perspectivas de Inversión en la Bolsa de Valores de Lima, organizado por El Dorado Asset Management.
Ello condujo a un mercado optimista en las últimas 10 sesiones, en las que la bolsa local rindió 13% en moneda local, y en dólares, 19%, añadió.
Oxígeno
“La pregunta del millón es: ¿tiene la bolsa más oxígeno para seguir corriendo? Hemos visto un alza de doble dígito, un desempeño importante en los últimos 10 días. Por tanto, sí podremos continuar viendo una buena performance de la BVL en los siguientes meses”, estimó.
El potencial de valoración de la plaza local es interesante, por lo que puede lograr una normalización de sus indicadores, dijo. “Se espera que estos ajustes terminen generando alzas en el precio de los activos riesgosos locales”, agregó.
La bolsa limeña tiene un índice de “Equity risk premium” (prima de riesgo de mercado) de alrededor de 8.5%, lo que la sitúa a mitad de camino entre el peor escenario estimado y el escenario base, sostuvo.
Factores de riesgo
Sin embargo, advirtió que persisten los factores de riesgo en el panorama local, como un eventual cambio de Constitución en el mediano plazo, sin respaldo popular, y la polarización en torno a la aprobación del presidente Pedro Castillo.
Asimismo, la volatilidad en el tipo de cambio y la elevada inflación podrían golpear a las corporaciones locales, aunque las expectativas apuntan a que serán controladas en el largo plazo, cuando el dólar oscile alrededor de S/ 3.80 y el índice de precios se acerque a 3%, expresó.
Mineras y construcción, las favoritas
“Tenemos una visión constructiva en el precio del cobre de mediano y largo plazo impulsado por el cambio de matriz energética y la demanda de vehículos eléctricos”, dijo Luis Ramos, de LarrainVial.
Los papeles favoritos para el próximo año son, además de las mineras cupríferas, los de demanda interna, como construcción y consumo de alimentos, señaló.
“El sector construcción ha tenido un desempeño importante y los resultados del tercer trimestre son favorables, con crecimientos de doble dígito en volumen; incluso a pesar de la incertidumbre en inversión, hay un componente de autoconstrucción que impulsa la demanda de cemento”, manifestó.
Asimismo, refirió que hay espacio para apreciaciones adicionales en títulos de compañías de consumo en la medida en que aumenten los precios de commodities.