Esta pandemia no es la primera situación que obliga a Luis Alfonso Carrera, CEO de Yape, a ver la muerte de cerca. Cuando sucedió el terremoto de Ica, gerenciaba el sur chico para el BCP. Fueron días de alta tensión en los que se prueba la capacidad de toma de decisiones.
¿Cómo enfrentó dicha coyuntura?
Preocupándome primero por la seguridad y salud no solo del equipo, sino también de sus familiares. Saber si alguien había fallecido, si estaba en el hospital o desaparecido.
¿Emocionalmente cómo lo llevó?
Los primeros días fueron fortísimos. El grado de estrés de mis equipos de Ica, Pisco y Chincha era altísimo. Tuve que dedicarme al inicio 100% a las personas y luego animarlos a recuperar los negocios y la economía de la zona.
¿No se duerme bien esos días?
La adrenalina te ayuda a llevarlo. Pero luego regresé a Lima para ver a familia. Salí a correr para desestresarme. Mientras lo hacía, recordaba todo lo que había pasado y no pude más, me quebré al sentir la carga y el impacto de todo lo vivido. Fue bien duro.
¿Correr es una terapia?
Hago tres deportes. Dos me ayudan a desestresarme y uno a pensar.
¿Cuáles son?
El tenis me encanta por la estrategia contra tu rival y tu cabeza. Debes tener confianza y no dejarte llevar. El fútbol me gusta por el compartir con los amigos. Es conocer y compenetrarte con el equipo para remar en la misma dirección. Y disfruto correr porque es cuando más genero ideas.
¿Es hincha de un equipo o admirador de algún deportista?
De chico, jugué en la división de menores del Sporting Cristal. Así que tengo el corazón celeste. Grandes ídolos del Cristal como Alberto Gallardo y Fernando Mellán han sido mis entrenadores. Y en el tenis, de joven, me gustaba Stefan Edberg. Y ahora, Roger Federer.
¿Se identifica con ellos?
De Edberg me gustaba su forma de atacar. Era agresivo y yo en los negocios también, me gusta ir a la acción.
¿Cuál es el riesgo de ese tipo de liderazgo?
Si voy a cometer un error, prefiero arrepentirme por haber hecho algo y no por haber dejado de hacer. Pero si algo aprendí en mi carrera es que la preocupación genuina por las personas está por encima de lograr las metas.
¿Cuándo fue la primera vez que asumió un cargo de liderazgo?
Con 25 o 26 años, asumí la gerencia comercial de la octava exportadora del Perú. Me codeaba con los grandes exportadores de esa época.
¿Qué fue lo más complicado de afrontar en ese cargo?
Me gusta trabajar con personas, verlas crecer, darles responsabilidad y empoderarlas. Entonces te diría que no me cuesta trabajar en equipo.
Entonces, ¿cuál considera que es su debilidad como líder?
Si bien siempre delegué, hacía también micro management. Seguía de cerca los encargos. Preguntaba “¿cómo te va?, ¿qué te falta? Me dijiste que iba a ser hoy y no está”. Sí que era ‘dedo’. He aprendido a dejar a los equipos ser un poco más.
¿Por qué hacerse cargo del negocio de otros y no de uno propio?
Mi carrera en el BCP me ha permitido ser una especie de empresario corporativo. Hacer empresa dentro de una, como es el caso de Yape. Tuve la oportunidad que no muchos tienen de juntar los dos mundos: la seguridad y estabilidad de un empleo permanente donde sabes que todos los meses tendrás una remuneración y la adrenalina de crear un negocio. Aun así, me queda el bichito de emprender.
¿Cuál sería su negocio?
Tengo un par de ideas ligadas al deporte. Es uno de mis hobbies, pero sería con el fin de generar ingresos.