Daniella Loftus es una joven británica apasionada de la moda que se viste digitalmente desde poco más de un año, con tal éxito que decidió dejar su trabajo para concentrarse en ese mundo.
Isabelle Boemeke es una modelo brasileña que vive en Estados Unidos. Vive de su físico, pero a pesar de ello decidió crear un avatar, Isodope, que usa en las redes para defender la energía nuclear y la ropa virtual como forma de luchar contra el cambio climático.
El mundo de la moda está poblado de influentes (“influencers”) que dictan o intentan dictar las tendencias del sector.
Pero ni Daniella ni Isabelle se visten con ropa de marca, y su ropa no se puede comprar en una tienda, porque no existe.
“Me gusta la moda. Me gusta ir a una tienda. Me gusta tocar la ropa”, aseguró Daniella Loftus.
“Y cuando empecé con esto, mis amigos me decían ‘¿pero de qué estás hablando?’” explica con una sonrisa esta influente de 27 años.
“Pero lo que me parece fascinante es que hay toda una generación que llega, como mis sobrinas de 14 años, que juegan en Fortnite, que lo entendieron perfectamente. Para ellas, lo digital va a influenciar sus vidas reales”, manifestó.
Daniella trabajaba como consultora, y en enero creó para divertirse thisoutfitdoesntexist.com (“estaropanoexiste”).
Gracias a sus contactos con creadores digitales, Daniella se divertía con vestidos extravagantes, fluorescentes y ajustados perfectamente a su cuerpo. Como si se tratara de un traje de alta costura.
El éxito fue fulminante. Hasta tal punto que ha decidido meterse de lleno en ese mundo que está literalmente explotando.
“La manera como interactuaba durante la pandemia era con reuniones zoom. Nos hemos acostumbrado a esas existencias digitales. Y creo que gran parte de la pasión digital durante la pandemia era, en parte, porque la gente estaba atrapada en casa. No tenían ningún sitio a donde ir para lucir su ropa”, explicó.
Por un vestido digital verde chillón, de larga cola y flecos ondulantes, Daniella dice que pagó US$ 69. “Que es mucho dinero, pero no es una extorsión”, añadió.
¿La moda digital no puede provocar más aislamiento social? Daniella tiene un punto de vista radical: “No sé si mucha gente que compra este tipo de cosas en línea tiene ganas de reunirse con otras personas” en el mundo real, explicó.
“Creo que muchas de sus necesidades y deseos pueden ser satisfechos en línea”, añadió.
Convertirte en lo que quieras
Isabelle Boemeke decidió con 30 años que la moda y las pasarelas no eran suficientes para su curiosidad. Empezó a leer sobre el desafío del cambio climático y la enorme cantidad de ropa que se tira anualmente.
Según un estudio del 2015 de la organización Barnados, cada año se tiran 92 millones de toneladas de ropa. En el Reino Unido, el promedio de uso de una prenda es siete veces.
Y durante la pandemia del COVID-19 Isabelle también quedó impactada por las imágenes de incendios forestales en el Amazonas.
Su actitud ante la moda digital es esencialmente política.
“Creé Isodope como una identidad porque quería hacer algo provocador. Si en mis videos apareciera con una camiseta y jeans, no tendrían probablemente el mismo impacto”, explicó.
El avatar Isodope se parece físicamente a Isabelle, pero lo que parece al principio un video de consejos de estética se transforma rápidamente, y con humor, en un mensaje ecologista pronuclear.
“Conozco a muchas mujeres que se compran un vestido, se lo ponen una vez para una foto y nunca más. Podrían reducir el consumo y el desperdicio con la moda digital”, señaló.
“Y más a largo plazo me imagino un mundo en el que la gente andará con una interfaz” capaz de “crear ropa digital realmente creativa”, agregó.
Gente paseando con gafas especiales, que permitirá que tu ropa pueda transformarse a ojos de los demás, también equipados para ello.
Un mundo, conocido como “realidad aumentada”, en el que la realidad y la virtualidad se confunden y superponen.
Como en los videojuegos, “si no eres atractiva, si no luces como te gustaría, podrás convertirte en lo que quieras”, aseguró convencida Daniella Loftus.