Acomodarse al teletrabajo no es fácil, pero sí necesario para garantizar la producción de un negocio y reducir las posibilidades de contagios entre sus colaboradores. Sin embargo, más de cien días después de haberse implementado, los cuestionamientos alrededor de este se tornan inevitables.
¿Mentes abiertas o cerradas?
¿En el Perú se vive una verdadera cultura del teletrabajo? Para Ernesto Rubio, gerente general de Ronald, Career Services Group, el país está muy lejos de considerarse uno con real cultura del teletrabajo, pese a que el Perú cuenta con una ley desde el 2013.
Si bien se podría mejorar el aspecto tecnológico para realizar funciones a distancia, el mayor escollo es que aún hay una “arcaica mentalidad de los empleadores” sobre esta forma de trabajo.
“La presencia del trabajador es entendida como sinónimo de trabajar”, comenta Rubio. Y si el trabajador no asistía a su lugar de labores, significaba que estaba enfermo o de vacaciones. Había incluso situaciones en las que el trabajador no se iba a su casa antes del jefe porque ello era mal visto o implicaba falta de “compromiso”, acota José Torres-Llosa, socio a cargo del servicio de Interim Management de Amrop Perú.
¿Qué hacer?
“Los líderes en las organizaciones deben buscar flexibilizar y dar solidez al teletrabajo. Para lograrlo deben tener una nueva conexión con sus equipos, donde la confianza sea el principal pilar de sostenibilidad, seguido de un liderazgo ejemplar donde todos empujan hacia el mismo lado”, asegura Percy Enciso, gerente general de MDP Consulting.
Del mismo modo, la planificación minuciosa es otra característica que un líder o jefe de equipo debe manejar gran parte del tiempo.
La comunicación en 360 grados también es vital para poder garantizar el alto desempeño de los equipos de trabajo utilizando el feedback permanente como mejor herramienta.
La orientación a resultados permitirá que ante cualquier adversidad las cosas funcionen y los objetivos planteados puedan ser alcanzados”, añade Enciso.
La trampa del horario infinito
Uno de los reveses con que se ha topado el teletrabajo es la sensación por parte del empleado de que está a disposición de su empleador las 24 horas del día y los siete días de la semana. Esta exigencia, sin embargo, muchas veces nace del mismo trabajador que por sentirse “mejor considerado” cae en esta especie de “trampa laboral”, como la llama Rubio.
Corregir el problema debería pasar por respetar dichos espacios mediante normas y políticas muy sencillas, como ser disciplinado al “desconectarse” apenas terminado mi horario de trabajo, sugiere José Torres-Llosa.
“Para garantizar el pilar de la confianza, el control de la productividad se debe realizar activamente y debe tener la distribución de actividades organizadas por entregables y, en complemento, el cumplimiento en fechas y calidad de los productos entregados. La clave de este control es definir objetivos claros, la comunicación asertiva, la distribución justa y el seguimiento”, opina Enciso. El éxito radicaría en definir correctamente las reglas del juego.
TE PUEDE INTERESAR
- El 89% de empresas peruanas planea continuar con el teletrabajo, pese a fin de la cuarentena
- El 60% de empresas volverá a las oficinas tras la cuarentena, pero solo en las áreas críticas