Perú ha sido uno de los países con mayor crecimiento económico de América Latina en la últimas décadas. Producto de ello, la pobreza se ha reducido y han mejorado los niveles de acceso a la educación. Sin embargo, la calidad de los trabajos a los que acceden los jóvenes no ha tenido mejoras, advierte una reciente publicación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Espacio Público, IDRC | CRDI: Millennials en América Latina y el Caribe: ¿trabajar o estudiar?.
El informe que incluye los datos de 'Niños del Milenio -un trabajo de Grade y la Universidad de Oxford- precisa que la participación en la fuerza laboral a los 19 y 22 años es bastante alta. "Las mujeres muestran una mayor inactividad, ya que es más probable que ellas se encarguen de forma exclusiva del trabajo del hogar y del cuidado de los otros por la asignación de roles de género".
Por su parte, los trabajadores formales -principalmente varones- tienen mejores conocimientos en matemática y lenguaje en todas las edades, y cuentan con más posibilidades de seguir estudiando a los 22 años.
En tanto, las mujeres tienen casi cinco veces más posibilidades de ser nini que de estudiar a los 22 años. De hecho, las que están casadas o tienen hijos a los 19 años tienen el doble de probabilidades de ser nini. Además, la probabilidad relativa de ser nini está entre un 26% y un 34% menor en el caso de las jóvenes cuya madre tiene educación secundaria y entre un 25% y un 40% menor para aquellas jóvenes que crecen en las familias menos pobres, de manera similar que para aquellas que solo trabajan.
¿Importan las aspiraciones y expectativas de los padres?
Según la publicación del BID, en Perú al igual que en Uruguay, se encuentra que los millennials con mayores niveles de inversión en capital humano provienen de hogares donde los padres históricamente han tenido mayores aspiraciones y expectativas educativas para sus hijos. En cambio, aquellos que son nini o que solo trabajan provienen de hogares donde sus cuidadores esperan que los hijos puedan aportar económicamente en el hogar y casarse a una edad más temprana que el resto de los jóvenes.
"La evidencia muestra que una situación socioeconómica precaria durante la niñez está asociada a un déficit de habilidades (cognitivas y socioemocionales), a aspiraciones más bajas y a una menor probabilidad de continuar estudios terciarios cuando son mayores. En el caso de las mujeres en particular, las decisiones de fecundidad y de convivencia tomadas a edades más tempranas están asociadas a menores chances de continuar estudiando y ser nini", advierte el informe.
Así, algo que se resalta en Perú es que la educación es altamente apreciada entre los hogares más pobres, precisamente porque representa una vía de escape de la pobreza, lo que implica en muchos casos salir de la vida de campesino, mejorar el bienestar y “ser alguien en la vida”.