César Antúnez de MayoloProfesor de posgrado – UP

Usted tiene algún tiempo reportándole al mismo jefe y podría decirse que se lleva bien con él. Suele darle autonomía en ciertos asuntos; pero en algunos otros, él tiene la prerrogativa y muchas veces deja decisiones en 'stand by', para pensarlas.

Incluso, busca contrastar su propia opinión con las de otros directivos y, si no hay consenso, no va adelante con su propuesta diciéndole 'hay que seguir dándole vueltas a la decisión'.

Usted solía ser una persona más decidida para tomar decisiones, pero se contagia de esta aversión al riesgo, re-pensando ciertas decisiones, lo que podría también considerarse como un exceso de prudencia.

¿Qué tanto vale la pena dilatar una decisión para efectos de asegurar el éxito? ¿Habrá que ponernos siempre un plazo para decidir?

Decisiones directivasAdemás de desarrollar gente, la esencia de un directivo consiste en tomar decisiones, generalmente bajo presión y analizando información incompleta.

Un directivo con más años de experiencia será más rápido y asertivo en sus decisiones frente a otro con menos experiencia, lo que dilatará más su decisión.

Nunca tendremos disponible toda la información, pero lo importante será tomar no solo la mejor decisión posible, sino de manera oportuna.

Siempre habrá factores que no podremos predecir con certeza como, por ejemplo, niveles en el tipo de cambio o reacciones de la competencia, luego de que lancemos un producto.

Los problemas y sus causasLas decisiones directivas no deben tomarse con base en conjeturas, sino basadas en hechos y datos, analizando patrones, relaciones causa-efecto, correlaciones, flujos proyectados o hechos pasados.

La intuición será siempre importante, pero hay que tratar de ser más objetivos, con menos juicios y más hechos concretos.

El valor final de una empresa puede ser visto como la consecuencia de la sumatoria de las decisiones que toman y ejecutan sus directivos.