La  muestra “Todos los faros de la costa peruana” tuvo una primera existencia digital en la página web www.todolosfaros.org.
La muestra “Todos los faros de la costa peruana” tuvo una primera existencia digital en la página web www.todolosfaros.org.

Misteriosos, imponentes y de noche vigilantes, los faros son una presencia que han guiado por años a navegantes y embarcaciones. A lo largo de toda la costa peruana hay en total 56 faros instalados. Por ejemplo, el más grande, el “Gran Almirante Grau”, ubicado en el Callao, tiene 140, 700 candelas de fuerza lumínica o el de la Isla Ferrol, al norte de Chimbote, con 2,100 candelas de potencia lumínica.

Si tuvieran sonidos, ¿cómo sonarían los faros? Esa parece ser la pregunta que se hizo la artista Luz María Bedoya. Para responderla, creó una gran partitura gráfica en base a las características estructurales y lumínicas de cada faro. La muestra se presenta en el Museo de Arte de Lima (MALI) con apoyo de la Fundación Telefónica y de forma virtual en la web .

"Los faros son señales encadenadas en el litoral, una puntuación o umbral puntuado y puntuante que señala algo, son una señal de existencia antes que nada", sostiene Luz María Bedoya, artista del proyecto "Todos los faros".
"Los faros son señales encadenadas en el litoral, una puntuación o umbral puntuado y puntuante que señala algo, son una señal de existencia antes que nada", sostiene Luz María Bedoya, artista del proyecto "Todos los faros".

“‘Todos los faros de la costa peruana’ ha tenido una primera existencia digital en la página web desde marzo de este año y la instalación en el MALI es una suerte de ‘espacialización’ del proyecto”, comenta Bedoya.

¿Cómo nació la idea de darles sonido? “Si la costa es una línea plagada de faros, yo buscaba hacer una partitura gráfica que tuviese a esos faros como fuente, pero que al mismo tiempo fuese generativa, que fuese muy flexible y permitiese una exploración sonora muy vasta”, apunta la artista.

Para ello, Bedoya convocó a músicos peruanos de música experimental que emplearon instrumentos como contrabajos, flautas, baterías, pututos, aguáfonos, cuencos de cuarzo y campanas para crear diversas piezas sonoras. Entre ellos están Orieta Chrem, Santiago Pillado-Matheu, Vered Engelhard, Macri Cáceres, entre otros. “El resultado es variadísimo y en mi opinión muy potente”, expresa.

Como complemento, artistas de Francia, Egipto, Canadá, Brasil y Perú elaboraron poemas náuticos inspirados en conceptos del lenguaje de la navegación. “Esta es otra clase de deriva, ya no musical sino verbal, pero también sonora de algún modo”, detalla Bedoya. Y es que, para la artista, el lenguaje náutico tiene una resonancia muy especial. “Frases como ‘trazado de la derrota’, ‘abatimiento y deriva’, “compensación de los desvíos” o “Señal ciega” creo que son, tanto ellas como sus significados náuticos, capaces de provocar desplazamientos especulativos y muy estimulantes para pensar más allá de la navegación”, explica.

Apoyo y público

Este proyecto se empezó a gestar hace cinco años en el proceso de investigación para otra muestra. Sin embargo, fue recién a finales del 2019 que se empezó a desarrollar gracias a la propuesta del MALI y Fundación Telefónica. “No hubiera podido hacerlo sin su gran apoyo, no solo en los términos materiales de producción, que han sido enormes y complejos, sino también en el soporte al confiar en una idea, y al respetar y acompañar el proceso de un proyecto vivo, con todos los cambios y desvíos que ello implica”, señala.

Para Bedoya, sí existe un público para este tipo de exposiciones en el Perú. “Quizás en algunos ámbitos es más reducido que en otros, y precisamente por eso es importante seguir trabajando; no dejar de hacerlo pensando que no hay público suficiente. Los públicos se construyen solo haciendo cosas concretas”, finaliza.