(Foto: EFE)
(Foto: EFE)

 “Qué bofetada”: privados de torneos -y por lo tanto de ingresos- durante cinco meses por la del nuevo , los jugadores y jugadoras de puestos más modestos en el ránking ATP o WTA miran con amargura el guion de regreso de las competiciones, que parece dejarles como los grandes olvidados.

El principal enfado viene por la decisión de que no haya rondas de clasificación previas al cuadro principal del Abierto de Estados Unidos dentro del deseo de "reducir el riesgo de propagación del virus al limitar así el número de personas presentes en Flushing Meadows.

Los cuadros de dobles masculinos y femeninos también fueron reducidos. Los torneos de dobles mixtos, de júniors y de tenis adaptado (en silla de ruedas) no están esta vez en el menú.

Habitualmente, 128 jugadores y otras tantas jugadoras situados en los puestos por debajo de los números 100 del ránking disputan esas clasificaciones previas al Grand Slam estadounidense.

En esta ocasión, el US Open (31 agosto-13 setiembre) tendrá sus cuadros principales con los 120 mejores en hombres y otros tantos en mujeres, más ocho invitaciones (wild card) en cada cuadro individual.

"Gracias a la ATP y al US Open por prolongar todavía más mi paro", ironizó en Twitter el estadounidense Mitchell Krueger, 195º del mundo y víctima directa de esta decisión.

‘Grand Slam dependencia’

"Qué bofetada para todos lo que juegan las rondas de clasificación, que no podrán ni siquiera defender sus opciones y que dependen literalmente del dinero de los torneos del Grand Slam para sobrevivir", lamenta la estadounidense Sachia Vickery, 158ª de la clasificación de la WTA.

El auténtico problema es esa 'Grand Slam dependencia', de la que depende en buena parte la salud financiera de esos jugadores que fluctúan habitualmente entre los puestos 100 y 250 del mundo.

Los casos de Krueger y Vickery pueden considerarse como emblemáticos: a título de ejemplo, en el 2019 él consiguió casi 60% de sus ganancias en los cuatro torneos del (unos US$ 89,000 de un total de US$ 152,000), mientras que ella obtuvo de esas citas dos terceras partes del total (unos US$ 119,000 de US$ 186,000).

Tanto uno como otra solo llegaron una vez al cuadro principal individual de un 'grande' en el 2019. En total, Vickery disputó 24 torneos, teniendo en cuenta todos los circuitos, y Krueger jugó 31.

"El hecho de que no haya rondas de clasificación es una injusticia deportiva y financiera alucinante. Son ellos los que necesitan más jugar y ganar dinero, no los treinta o cuarenta primeros del mundo", estimó el extenista francés Julien Benneteau, actual capitán del equipo de su país en la Fed Cup femenina.

“Somos solo números”

"Está bien haber tenido una reunión con más de 400 jugadores para que ahora menos de la tercera parte pueda jugar... Eso muestra que en resumidas cuentas, somos solo números...", lamentó el alemán Dustin Brown (239º), aludiendo a la videoconferencia que organizó la ATP hace una semana.

"No jugar las rondas de clasificación y tener cuadros de dobles reducidos va a aumentar las desigualdades", se alarma la canadiense Gaby Dabrowski, especialista en dobles.

En plena pandemia, las diferentes instancias del tenis mundial (ATP, WTA, Grand Slam y Federación Internacional de Tenis) reunieron más de seis millones de dólares para destinarlos a centenares de tenistas en dificultades financieras por los efectos de la crisis sanitaria.

Las organizaciones podrían ahora buscar fórmulas para compensar a los tenistas más modestos por la fórmula elegida para el regreso de la competición o incluso para organizar torneos que compensen de alguna forma la ausencia de rondas clasificatorias en Nueva York.

El nuevo calendario ATP desvelado el miércoles da protagonismo a los principales torneos, con siete torneos, dos de ellos del Grand Slam (Roland Garros, además del US Open).

La cita parisina en tierra batida sí que tendrá rondas clasificatorias, aunque es posible que con un formato más reducido que el habitual.

“Pondrán torneos Challenger (en el nuevo calendario) para que algunos puedan jugar, pero no habrá muchos y van a cerrarse en las cercanías de los puestos 170º o 180º del mundo. Los otros no van a poder jugar”, estima Benneteau.