Valor. “Te garantizo que no hay una persona en el planeta que no tenga por lo menos un 30% de actividades que no agregan ningún valor”, señala el gerente general de Kimberly-Clark. (Foto: Diana Chávez)
Valor. “Te garantizo que no hay una persona en el planeta que no tenga por lo menos un 30% de actividades que no agregan ningún valor”, señala el gerente general de Kimberly-Clark. (Foto: Diana Chávez)

Douglas Franco recuerda que cuando tenía apenas 6 años formó lo que él llama su “primer negocio”: recogía los juguetes de las piñatas y luego los vendía.

Así, a lo largo de su vida, ha comercializado desde ranas hasta piezas de arte. El ahora gerente general de Kimberly-Clark señala que “un buen vendedor sabe conectar con las personas”.

¿Cómo demuestra su liderazgo?
Me he dado cuenta con los años que cuanto más auténtico eres como gerente mejor te va.

¿Sirve ser siempre auténtico en el trabajo?
Hay que ser muy directo. El problema es que, a veces, se toma como algo personal y por eso la gente maquilla la retroalimentación o la evade para evitar un conflicto.

¿Cómo se debe reaccionar ante las críticas?
No hay que autoflagelarse. Tal vez solo tiene que reenfocar su energía en las cosas para las que sí se es bueno.

¿Cuál ha sido la crítica más dura que le han hecho?
Una compañera de trabajo me dijo que le parecía mediocre que sea amigo de todo el mundo, pese a que tampoco me involucraba en todos sus problemas [personales].

¿Ha cambiado de opinión?
Uno tiene un impacto mucho más allá de su trabajo del día y, sea o no tu responsabilidad, debes hacer una diferencia positiva.

¿Qué es lo que ha aprendido?
Si no logras crear tu propio camino no vas a dejar una huella y destacar porque te terminas mimetizando en el entorno de la compañía. Entonces, uno se pone sus límites.

¿Qué consejos daría ahora?
La gente muchas veces se queja de que no le gustan los proyectos. Entonces, hay que inventarse uno mejor y venderlo al mundo para que cambie el nivel de responsabilidad.

¿Y si no se lleva bien con el jefe?
No dejes tampoco que sea el jefe quien maneje la agenda de tu relación laboral. Sé más proactivo.

Se considera exitoso, ¿qué sacrificó en el camino para serlo?
Uno solo puede hacer cinco roles con éxito. Ser buen hijo, padre, esposo, profesional y deportista. Pero, por ejemplo, no tengo contacto frecuente con mis amigos.

¿Con quién ha estado en deuda?
En algún momento lo estuve con mis hijos. Más de una vez amanecí en la oficina. Llegué al cumpleaños de mi hija cuando ya habían cortado la torta. Creo que no tenía mis prioridades claras.

¿Cuándo aprendió a balancear su vida personal con la laboral?
Sucedió entrando a los 30 años. Te importa menos lo que piensan los demás y se es más auténtico. Esa confianza te enseña a decir no.

¿Cuáles son sus hobbies?
Soy apasionado de la música. Así como hay gente que canta en la ducha, soy el equivalente en la percusión. Hago también mucho deporte: tria­tlón, ciclismo de montaña y corro. Mi hijo ahora quiere que corra tabla.

¿Es difícil intentarlo a su edad?
Seguro los chicos aprenden más rápido, pero la edad está en la mente.

¿Qué le ha enseñado la música para aplicar en los negocios?
Cultivar el lado emocional de un líder es fundamental. La vulnerabilidad en un líder es una cualidad porque le permite conectar con las personas, que confíen en la agenda que quieres implementar.

¿En qué aspecto es vulnerable?
Soy una persona extremadamente ambiciosa y soñadora, pero aprendí que lo importante es conocerse uno mismo. Nadie destaca cuando invierte su energía en cosas en las cuales no es extraordinario. No tienes que ser gerente ni director para pensar así.

HOJA DE VIDA
Nombre:
Douglas Franco.
Cargo: Gerente general de Kimberly-Clark.
Educación: Ingeniería química y administración.
Hobbies: Triatlón, ciclismo de montaña, percusión.

OTROSI DIGO

Millennials en equipo. “Esta generación se mueve más por convicción que por obediencia”, explica Franco. Aunque considera que este perfil de colaborador debe aprender de la persistencia que tenían las anteriores generaciones a la hora de manejar los fracasos. “Es tal vez la cualidad más importante a la hora de lograr los objetivos y es algo que, en un mundo de gratificación instantánea, se pone en riesgo”, sentencia Franco.