La creatividad y los emprendimientos artísticos y culturales son una veta de potencial riqueza en el país. Estas aportaron al PBI nacional alrededor de 1.58% (datos del 2015), una cifra mayor a la pesca o acuicultura, o al rubro de elaboración de muebles y madera.
Sin embargo, en comparación con otros países de la región, aún hay un largo camino por recorrer: en Colombia las industrias culturales representan el 3.2% del PBI y en México, el 7%.
Ante este panorama de oportunidades, la consultora Niubox Legal Digital elaboró el documento “La economía creativa en el Perú: análisis conceptual y recomendaciones de política para su desarrollo”, que plantea una hoja de ruta para potenciar este sector. El estudio, que fue presentado el jueves 25 en la Universidad de Lima, contó con el patrocinio de DirecTV.
Paola Gálvez Callirgos, líder de Asuntos Públicos y Regulatorios de Niubox, explica que una economía creativa es aquella que permite que las ideas se transformen en bienes y servicios culturales con un valor basado en la propiedad intelectual.
“En el Perú hay muchísimo potencial creativo y cultural. La propuesta que planteamos en este documento es determinar las estrategias de política pública que mejor funcionen en el escenario local e identificar a los actores del ecosistema para así conocer cómo destinar adecuadamente los recursos”, explica.
Por su parte, Gustavo Larrabure, gerente de Asuntos Externos y Regulatorios de DirecTV, indica que la economía creativa genera también un marco de formalización entre los participantes: “Esta formalización comprende el aspecto laboral y financiero del emprendedor o las empresas productoras. Con este marco el consumidor también va a recibir un bien mucho más apto y de calidad. Es decir, va a evitar buscar bienes informales y piratas”.
Pasos a seguir
Para poner en marcha esta hoja de ruta se establecen tres ejes en un horizonte de trabajo hacia el 2025. Gálvez indica que, en primer lugar, debe avanzarse en la definición del ecosistema creativo y delimitar sus componentes. Considera que es clave que el Ministerio de Cultura continúe con la elaboración de la Cuenta Satélite, estudio estadístico que permitirá medir el impacto económico que aporta cada sector cultural en el PBI. Así se podrán cuantificar cada una de las actividades y tener indicadores de medición.
En segundo lugar, se plantea una mejora de las políticas públicas y las normas para promover el ecosistema creativo. “Hubo iniciativas a este tema pero se generaron de forma independiente, sin un marco integrador que las fomente y sin beneficios. Por eso, estamos proponiendo mesas de trabajo entre el sector estatal y privado para generar propuestas de políticas públicas que impulsen el sector”, agrega Larrabure.
Para marzo se planean organizar estos espacios de trabajo con la Cámara de Comercio Americana del Perú (AmCham).
Fuentes de financiamiento
Por último, se deben fortalecer los estímulos económicos e incentivos tributarios que favorezcan el acceso a fuentes de financiamiento. Gálvez señala que los fondos concursables, como DAFO (para cine y producción audiovisual), deben tener una mayor difusión en regiones.
Otra alternativa podría ser la ley de mecenazgo, que está en debate hace unos años, ya que posibilita que privados financien proyectos a cambio de beneficios tributarios. “También hay experiencias como la de Colombia, en la que se tiene una línea de crédito para el sector creativo y cultural, a través de Bancóldex (público-privado). Esta iniciativa estuvo acompañada con una estrategia comunicacional muy importante”, indica.