Esta es la segunda vez que Alexis Licci vive en Perú. La primera fue entre el 2003 y el 2006, cuando era gerente comercial de Americatel. “Fue una época muy gratificante, lo único malo fue que cuando regresé a Chile ya no pude disfrutar de ningún restaurante (ríe)”, recuerda.
En su momento, Americatel cambió las reglas del juego y es lo mismo que Licci apunta a lograr con Entel desde que se convirtió en su gerente general a inicios de este año.
Lleva casi 25 años trabajando en Entel, ¿cómo entró en el rubro de telecomunicaciones?
Cuando salí de la universidad trabajaba en una empresa de cerveza: el sueño de todos mis compañeros. Y cuando me llamaron de Entel, que en ese momento era una empresa nueva, me pareció muy interesante el tema de la tecnología y no me equivoqué, porque me ha dado muchas oportunidades.
¿Cómo fue el paso del área de marketing a gerenciar la empresa?
Desde que entré a la compañía he ocupado diferentes cargos. Estuve en el área de planeamiento estratégico y de desarrollo de producto también, por ejemplo; pero cuando asumí el puesto de gerente de Marketing Corporativo tomé el desafío de redefinir el propósito de la empresa, rebrandearla y reconectar con las personas y clientes. Fue muy inspirador para mí trabajar y desarrollar esa parte.
¿Es eso lo que más rescata de su experiencia en el área?
Absolutamente. Nosotros no buscamos vender celulares, sino acercar la tecnología a la sociedad para transformarla de manera responsable. Conectar con ese propósito cambió mi forma de dirigir la empresa y también de comunicarme con las personas.
¿Cómo se define como líder?
Ser líder nunca ha sido fácil. Lo que a mí me funciona es sumar a la gente e involucrarla en la empresa. Que mis colaboradores tengan claro que, por más que cada uno tenga sus responsabilidades y son todas diferentes, tenemos un objetivo común. Lograr que todos estemos en el mismo barco es lo más desafiante, motivador y bonito de estos cargos.
¿Y qué es lo que busca en sus equipos?
Lo primero es gente con capacidad de comprometerse con el crecimiento de la empresa y con ganas de que las cosas ocurran. Profesionales que se animen a asumir riesgos y no le tengan miedo a equivocarse, eso marca la diferencia.
¿Cuál es la mayor lección que le han traído estos años en el sector?
La telecomunicación se transforma profundamente cada cinco años. Hace no tanto, lo importante era la conectividad para las llamadas, luego aparecieron los datos y todos dejaron de hablar por teléfono. Lo que me ha enseñado la industria es a tener resiliencia frente a los cambios y a estar permanentemente buscando nuevas opciones y oportunidades.
¿Este cambio también es el mayor reto?
Sí, es vivir el día a día con el recordatorio que los negocios cambian y que, en tres años, lo que haces hoy va a ser muy diferente. Siempre he buscado proponer oportunidades y no es que alguien haya llegado a decirme dónde están los cambios, sino que he llegado a golpeado la puerta con nuevos planteamientos.
Y fuera del trabajo, ¿en qué ocupa su tiempo libre?
Desde que regresé a Lima he estado buscando mi espacio para hacer deporte y hace poco encontré donde hacer spinning. No me voy a dar de intelectual, también me encanta ver series o películas; puedo disfrutar desde ‘Obi-wan’ hasta ‘Borgen’. Por último, ir a descubrir restaurantes también resulta fascinante en esta ciudad.