Karla Pacheco
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La secretaria del presidente de la Asociación Automotriz del Perú se inició en esta función a los 20 años y cuenta, con conocimiento de causa, que le impresiona ver cómo dicha labor continúa cambiando.

"Antes te daban tareas como redactar cartas o traer café, hoy participamos activamente en el proceso de la toma de decisiones", señala Karla Pacheco.Revela que ahora el mayor desafío se le presenta cuando el jefe requiere algo "para ayer", no obstante aclara que disfruta la sensación de adrenalina que estos retos le producen.

Rubi Sauri
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La asistente ejecutiva de Eduardo Grisolle (Y&R Perú) lleva su cargo con todas las letras. Para Rubi Sauri, la denominación de secretaria quedó en el pasado. Así pues, describe su estilo como versátil y presto a hacerse cargo de "cosas que no están dentro del estándar de mi posición". Pero está convencida de que hoy funciona así y lo considera un reto.

En su opinión, la comunicación es clave para lograr un entendimiento y una buena relación con un jefe. Tras ocho años en la empresa, "podría decir que he aprendido a leerle la mente a mi jefe".

Karin Aguilar
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La asistente ejecutiva en Michael Page considera que antes las secretarias eran pintadas como "las chicas que estaban sentaditas esperando que el jefe diera indicaciones". Ahora, asegura, no es así, sino que una asistente de gerencia es casi la representación del gerente, toma decisiones y se anticipa a muchas cosas.

Y agrega que lo mejor de su labor es "poder solucionarle la vida laboral a todo".

Ella prefiere que las decisiones estén en sus manos, por eso le disgusta cuando su trabajo depende de terceros que no cumplen las expectativas.

Rocío Ortega
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Después de 32 años en el cargo, a la mano derecha de Ricardo Vega Llona (Grupo OHL), no le viene a la mente algo que le disguste de su labor.

Sin embargo, no siempre fue todo tan sencillo, "en los primeros meses trabajando con él, no le entendía bien cuando me dictaba cartas en el dictáfono y eso me ponía nerviosa", recuerda entre risas.

Precisamente, Rocío considera que es gracias a la tecnología que esta labor ha evolucionado. "Cuando usábamos las máquinas de escribir, no podías darte el lujo de equivocarte", afirma.

Alejandra Aguirre
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"Tengo más de cinco años en la empresa y siento que se han pasado volando", refiere Alejandra Aguirre. En este tiempo, indica que ha aprendido a adelantarse a cualquier situación para tener todo listo cuando Adolfo Dammert, CEO de LatinBrands, lo necesite. Ya conoce su ritmo.

Y recuerda su anécdota favorita: aquella vez que se quedó hasta tarde para decorar la oficina de su jefe por su cumpleaños, "pero él no se iba"; así que tuvo que intentarlo a la mañana siguiente y también llegó temprano, pero fingió no verla decorar. "Él cree que no me di cuenta… Ahora que lo está leyendo ya no será un secreto", señala.

Vanessa Venegas
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La asistente de Armando Cavero (AIMS Perú), está convencida de que el perfil actual de una secretaria, además de cubrir las funciones que se espera, debe tener cualidades como manejar conflictos y contribuir con la administración de una organización.

¿Lo que más le gusta de su labor? Su ambiente laboral que le permite tener un estilo más casual, asegura.

Esa confianza ganada se traduce en anécdotas como cuando le describió un candidato a su jefe. "Es un viejito, bueno, tiene 64 años". Él le dijo divertido: "Yo tengo la misma edad".

Manuel Vílchez
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El asistente de gerencia de G&G Joyeros se considera un hombre tenaz. "No dejo de pelear por algo hasta que lo consigo", asegura. Y esa cualidad marca también su dinámica con Jack Gomberoff, el gerente general.

"Trato de no perderle el rimo ni el rastro, lo persigo por teléfono, email o WhatsApp hasta encontrarlo", comenta.

Para él, la clásica imagen de una secretaria esperando indicaciones se ha desvanecido. "Los asistentes de hoy, mujeres y hombres, somos más eficaces".

Myriam Valcárcel
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La asistente de la presidenta de LHH DBM Perú define su labor así: "reto diario".

Y eso es algo que se ha mantenido desde el inicio: "Yo era muy detallista y ella (Inés Temple) corría como 'tren bala', me preocupaba no cumplir con sus expectativas", confiesa.

Recuerda, además, cómo la conoció antes de ser su asistente: estaba en una conferencia y no quería quedarse a escuchar la última ponencia. "¿Quién será?, qué flojera", pensó. "Me detuve a escucharla y me quedé hasta el final. Desde el inicio la admiré".