Deja de rastrear mi avión: Taylor Swift lanza advertencia a joven de 21 años

“Usted ha incurrido en un comportamiento de acoso y hostigamiento, incluida la publicación constante de información precisa y en tiempo real sobre la ubicación de nuestro cliente”, dijo un abogado de Venable LLP a través de una carta del 22 de diciembre al estudiante Jack Sweeney, a cuya copia tuvo acceso Bloomberg. “Si bien esto puede ser un juego para usted o un medio que espera le proporcione riqueza o fama, es una cuestión de vida o muerte para nuestro cliente”.

Sweeney, de 21 años, que asiste a la Universidad de Florida Central, utiliza datos públicos disponibles de la Administración Federal de Aviación para rastrear los aviones privados de los ultrarricos, incluidos políticos, celebridades, multimillonarios, oligarcas rusos y otras figuras públicas, junto con estimaciones de sus emisiones de carbono.

“Debería tener una expectativa decente de que su avión será rastreado, por mi o por otra persona”, dijo Sweeney en un comunicado. “Después de todo, es información pública”.

En los últimos meses, los viajes de Swift por todo el mundo han suscitado un creciente escrutinio en las redes sociales, donde se hace hincapié en la cantidad de carbono que emite su avión privado. Según un estudio de la consultora de sostenibilidad digital Yard, la cantante encabezó la lista de mayores contaminantes de dióxido de carbono en 2022, emitiendo casi 8,300 toneladas, es decir, unas 1,100 veces más de lo que emite una persona media al año.

La cantante ganadora del Grammy tiene programados cuatro conciertos esta semana en Tokio y se espera que esté en Las Vegas el domingo para ver a su novio, el ala cerrada de Kansas City, Travis Kelce, jugar el Super Bowl. La ruta, que incluiría viajar 31,200 kilómetros en un Dassault Falcon 900LX, uno de los aviones de Swift, podría liberar más de 100 toneladas adicionales de dióxido de carbono, informó Associated Press.

“Antes de que comenzara la gira, Taylor compró más del doble de los créditos de carbono necesarios para compensar todos su viajes”, dijo un vocero de Swift en un comunicado.

Katie Morrone, la abogada de Venable que redactó la carta en nombre de Swift, no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios. El Washington Post informó anteriormente sobre la carta de Swift.

Sweeney sostiene que no publica ningún detalle sobre Swift más que las ciudades a las que viaja, las cuales, dice, ya son bien conocidas por cualquiera después de su reciente gira de miles de millones de dólares y su asistencia regular y muy publicitada a los juegos de los Chiefs esta temporada.

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James Slater, abogado de la Electronic Frontier Foundation que representa a Sweeney, calificó de infundadas las reclamaciones legales de Swift y dijo que se plantearon en el momento en que los medios de comunicación empezaron a escribir sobre las emisiones de carbono de su avión privado.

“Parece que las cartas son un esfuerzo por acallar la publicidad negativa sobre sus emisiones”, dijo Slater, añadiendo que no ha recibido respuesta de los abogados de Swift.

Sweeney ya se ha enfrentado antes a figuras poderosas por su sitio web de seguimiento en línea. Se enfrentó a Elon Musk por la cuenta viral @ElonJet en X, antes Twitter, que seguía los viajes en avión privado del multimillonario. Tras adquirir la plataforma, Musk suspendió las cuentas de Sweeney a finales de 2022, lo que provocó acalorados debates sobre la libertad de expresión.

“Este suceso es inquietantemente similar al de diciembre de 2022, cuando Musk tuiteó que emprendería acciones legales contra mí, después de afirmar que alguien lo había acosado”, dijo Sweeney en el comunicado, en referencia a las afirmaciones de Musk de que un acosador había seguido a su hijo pequeño. La policía dijo más tarde que no podía encontrar ningún vínculo entre los mensajes de Sweeney y el incidente con el hijo de Musk.

Musk también ha sido objeto de escrutinio recientemente por el impacto que sus viajes en jet privado tienen en el medio ambiente. Solo en 2022, emitió alrededor de 2,100 toneladas de dióxido de carbono, según un análisis de Bloomberg.

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