Varias semanas llenas de fútbol, entre la Eurocopa y la Copa América, han culminado el último fin de semana con la consagración de Italia y Argentina como campeones de ambos torneos, respectivamente (ver nota vinculada).
Nuestra selección también cumplió un papel más que aceptable en la competición sudamericana. A pesar de que no se logró el tercer puesto, su participación deja varias lecciones a nivel deportivo que también pueden aplicarse al ámbito empresarial.
1. La solidez de carácter del líder
Con 80 partidos al frente de la dirección técnica de la selección peruana, Ricardo Gareca conoce bien el equipo y sabe cómo actuar con cada integrante. “Tanto en situaciones positivas como adversas, demostró un nivel de variabilidad pequeño que le permitió tomar las mejores decisiones para corregir los errores en cada nuevo partido enfrentado”, sostiene José Ruidías Rojas, profesor de Pacífico Business School.
Asimismo, la Copa América sirvió como plataforma para descubrir nuevos valores que aporten a la selección. “Decidió apostar por nuevos jugadores para que vistan la bicolor y, de la misma manera, un líder corporativo debe mostrar apertura ante nuevas ideas, estrategias y generaciones que logren reforzar y volver competitivo al equipo”, apunta Sandra Cubas, partner en Cornerstone Group.
2. El aporte de cada integrante para el grupo
Para Darío Gastelo, gerente general de Inizia Consultores, la suma de los jugadores es mayor que 11. “Todos rinden en promedio más que en sus clubes”, señala. Esto habla del valor que tienen en este conjunto los hombres más que los nombres.
Giancarlo Ameghino, gerente de Gestión y Desarrollo Humano del Grupo Crosland, concuerda. “La esencia de la selección debería ser la de todo grupo de trabajo: Que cuando nos unimos para trabajar en equipo, surgen otras características que potencian las individualidades, aumentan la confianza de cada uno en sí mismo y destacan los valores que cada persona aporta”, detalla el ejecutivo.
3. Adaptación a escenarios cambiantes
Perú mostró rostros nuevos y variantes en el sistema de juego para enfrentar a distintos rivales. Por ejemplo, la inclusión de Gianluca Lapadula, “un jugador con experiencia en el fútbol europeo quien se adaptó rápidamente al juego de la selección”, dice Sandra Cubas. “En plena era de digitalización, los líderes corporativos también deben contar con una alta adaptabilidad al cambio, automotivación y resiliencia”, agrega.
4. Respetar los tiempos y el proceso
Antes de que Gareca tomara las riendas de la selección, siempre se hablaba de respetar los procesos. Técnicos despedidos, improvisación al contratar e impaciencia caracterizaban antiguas gestiones de la FPF. Hoy el “Tigre”, dirige por segunda vez a Gareca en las Eliminatorias y busca su paso a Catar 2022.
“A todos nos ha pasado: queremos ver resultados de forma inmediata (y ni que hablar cuando nos referimos al fútbol). Pero esta selección nos ha demostrado que los cambios, en todo buen trabajo de equipo, llevan su tiempo y es importante tener paciencia”, indica Ameghino.
“El esfuerzo sostenido y planificado no asegura, pero sí incrementa la probabilidad de que los procesos y los resultados se vayan dando en el tiempo”, añade Gastelo.
“El acceso a un mundial y el subcampeonato en la Copa América son prueba más que suficiente”, acota Giancarlo Ameghino.
La suma de estrategia y compromiso
El éxito en el fútbol resulta de la estrategia y compromiso, señala Janeth Mendoza, Talent Promoter y Coach Ejecutiva de LHH DBM Perú. El entrenador de la selección italiana no solo tiene experiencia, sino también confianza en el equipo. Su estrategia fue asignar a cada jugador una función de acuerdo a sus dones. Esto equivale a un análisis FODA para hacer brillar a cada integrante. En Argentina, en cambio, el liderazgo no solo proviene del entrenador, sino también del capitán. “Aquí es importante no solo anotar los goles sino sus asistencias, pues indican un alto grado de solidaridad con los compañeros”, señala Mendoza.