Redacción Gestión

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(Bloomberg) A partir de 1908 Henry Ford vendió sus nuevos autos Modelo T, los primeros realmente accesibles a las masas. Con un precio que en aquel momento era de alrededor de US$ 500 (finalmente el precio bajó a cerca de US$200, alrededor de US$ 5,000 en dólares actuales), era un gasto al que un granjero o un carpintero podían acceder.

Más aún, Ford publicitó los autos como fáciles de conducir, lo cual los hacía mucho más accesibles a los conductores ocasionales y a las mujeres.

La verdad es que esos viejos Modelos T eran, aún así, de conducción muy compleja.

Hace unos días conduje un Modelo T de 1914 durante alrededor de una hora en las afueras de Detroit. Entre los tres pedales del piso, un freno de emergencia de un metro de largo, un acelerador montado en el volante y una palanca de cambios eléctrica también ubicada en el volante –para no hablar de la falta de servo frenos y de la temperatura de 12 grados-, sentí un nuevo respeto por la gente que conducía a diario ese artefacto en carreteras accidentadas y en medio de condiciones meteorológicas adversas.

Conducir el Modelo T me resultó más difícil que manejar muchos de los otros autos antiguos manuales que he conducido. Una vez que se lo domina, el Modelo T se desliza con suavidad y el motor de cuatro cilindros y 20 caballos de fuerza parece tener mucha potencia (después de todo, el auto es en su mayor parte de madera y pesa menos de 680 kilos). Al tener un chasis alto, grandes neumáticos de goma y si no se tiene en cuenta la suspensión, conducir por la nieve y el lodo de enero no resulta en absoluto molesto.

Tiene sus peculiaridades, por supuesto.

Hay que entrar y salir del auto desde la puerta del acompañante, dado que la puerta del lado del conductor está bloqueada por el freno de emergencia de un metro de largo. No hay dirección asistida. Tampoco servo frenos. El claxón es una trompeta. Los modelos posteriores tenían cortinas que se bajaban para mantener el calor; de lo contrario, era como estar al aire libre. Por otra parte, al tanque de 38 litros (10 galones) le falta medidor, de modo que hay que adivinar cuánto se ha consumido y asumir que rinde unos 32 kilómetros (20 millas) por galón (3,8 litros).

Pero si se encuentra adorables esas peculiaridades, y no irritantes, entonces se está de suerte. A pesar de que el auto tiene 100 años, no es particularmente raro. Se puede encontrar uno en EBay o en Craigslits por menos de US$10.000.

No es el auto más fácil de conducir que me ha tocado, ni el más divertido. Pero es histórico, uno de los pocos emblemas que aún se puede tocar y decir que, sin duda alguna, ha cambiado el mundo.

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