El origen de la complejidad química que existe en el espacio es, además de una de las grandes preguntas sin respuesta, uno de los aspectos fundamentales para comprender los primeros pasos del origen de la vida, y un equipo internacional y multidisciplinar de científicos ha propuesto un nuevo acercamiento a esa complejidad.
Los investigadores, que han publicado el resultado de su trabajo en la revista PNAS, se han aproximado a esa complejidad molecular utilizando la teoría de las redes complejas, una disciplina que explica fenómenos colectivos tan diversos como pueden ser las avalanchas o los atascos.
Los autores, entre los que se encuentran investigadores del Centro de Astrobiología (CAB) -un centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas del Ministerio de Ciencia y del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial del Ministerio de Defensa- han explicado la aparición de moléculas complejas en las nubes del medio interestelar desde un punto de vista muy novedoso.
El CAB ha explicado en una nota de prensa difundida hoy que los autores han creado un entorno teórico y computacional, que han denominado “NetWorld”, donde se simula la interacción entre redes complejas que pueden representar cualquier estructura simple, ya sea química, biológica o social.
El trabajo presentado demuestra que, en entornos “agrestes”, solo se crean las piezas más simples del “Lego”; pero cuando el ambiente se suaviza, esas piezas básicas interaccionan activamente y dan lugar drásticamente a una enorme diversidad de compuestos que representarán posteriormente los ladrillos fundamentales de estructuras a mayor escala y en sistemas cada vez más complejos.
Según ha explicado Jacobo Aguirre, investigador del CAB y uno de los autores principales del estudio, “lo sorprendente es que, aunque nuestro sistema no intenta simular las reglas de la química real ni usa datos reales, si entendemos los nodos de nuestras redes como átomos y cada red como una molécula, el marco teórico y computacional que hemos desarrollado (NetWorld) es capaz de describir el punto de partida en el proceso del origen de la vida”.
La conexión entre la simplicidad extrema del modelo presentado y su capacidad para describir una fenomenología real de relevancia astrobiológica, sugiere -ha señalado el CAB- que muchas de las propiedades básicas del largo camino que va de la química en el espacio a la química prebiótica y, finalmente, a la vida tal y como se conoce, podrían mostrar patrones simples y universales.
Animados por estos resultados, los investigadores han encontrado una relación proporcional hasta ahora desconocida entre las abundancias moleculares reales de las distintas moléculas en las nubes oscuras del espacio y el número potencial de reacciones químicas que las generan.
La investigadora Izaskun Jiménez-Serra, coautora del artículo, ha concluido que “NetWorld promete ser un novedoso puente entre la astroquímica y la teoría de la complejidad”.