Bloomberg.- Para los estadounidenses que viajan al sur de la frontera este invierno, la mejor opción para sacar partido a su dinero es la que está más cerca de casa.

Gracias a la caída del peso provocada por Donald Trump y al repunte del real brasileño, quienes visiten la Ciudad de México pagarían algo más de US$ 2 por una hamburguesa Big Mac que cuesta más de US$ 5 en Sao Paulo. "Me encanta", de verdad.

También miramos el costo de una cerveza y un viaje de diez minutos en Uber y encontramos discrepancias similares: en cuesta 40.58 pesos (US$ 1.88) mientras que en Brasil cuesta 10.35 reales (US$ 3.21).

Los dos mayores centros financieros de América Latina rivalizan por el título de mejor destino culinario de la región, la oferta cultural más variada y los atascos de tráfico más horribles. Pero en este punto, la Ciudad de México está ampliando su ventaja sobre Sao Paulo.

Los costos en dólares de artículos cotidianos en las dos ciudades divergen uno del otro por el continuado desplome del peso mexicano después de las elecciones estadounidenses, que tocó niveles mínimos el miércoles, y luego de que el real brasileño registró la mayor alza en el mundo el año pasado.

Las comparaciones de costo de vida dan a una ventaja adicional debido a su tasa de inflación del 3.3%, menos de la mitad del aumento registrado en Brasil.

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