Como buen jugador de tenis, César Vargas del Pino tiene claro que estar en la cancha requiere de un aprender que no acaba nunca. Cambiar de rubro después de 10 años dedicados a la banca no solo lo adiestró en la transformación personal, sino que lo motivó a compartir este expertise con sus equipos de trabajo.
¿Cuál es su lectura actual?
En mi mesa de noche tengo “Shoe dog”, la autobiografía de Phil Knight, el fundador de Nike. Más que un libro de memorias, cuenta la historia detrás de la empresa.
¿Qué rescata de su experiencia en la banca?
Obtuve una formación muy sólida en la parte analítica y financiera. Mi escuela fue de las mejores que hay en el país, el BCP, y aunque esa oportunidad me permitió aprender de profesionales de primer nivel, sabía que no era lo mío. Mi orientación siempre me llevaba más hacia el lado del retail.
¿Cómo fue su proceso de adaptación cuando cambió de sector?
Muy satisfactorio a nivel profesional y personal. Me di cuenta de lo capaces que podemos ser para adaptarnos a nuevos procesos y moldear nuestras habilidades.
¿Qué similitudes y diferencias encuentra entre ambas áreas?
Por un lado la banca es sumamente organizada y estructurada, mientras que en la mediana y gran empresa siempre hay retos distintos que dependen de los ciclos que se van presentando. Uno tiene que ser más previsor, pero al mismo tiempo creativo e innovador.
¿Qué cualidades busca en sus colaboradores directos?
No es que busque un perfil en particular, pero sí a personas que estén motivadas a innovar, que tengan disposición a seguir aprendiendo. La creatividad y la curiosidad son clave para desarrollarnos como profesionales y encontrar nuevas alternativas con las cuales sorprender a nuestros clientes.
¿Qué tipo de liderazgo ejerce?
Creo que la participación activa de todo el equipo nos lleva a un mejor resultado. Por ello busco que todos participemos en las principales decisiones del negocio. El rubro comercial ha evolucionado tanto que todo está completamente integrado: el producto, el marketing, las operaciones. Por ello ejerzo un liderazgo participativo, democrático.
En tiempos de teletrabajo, ¿cómo mantiene el aspecto personal y laboral sin mezclar?
El teletrabajo es una modalidad que funciona, aunque a veces termina siendo más intensa que el trabajo presencial. Uno tiene que organizar bien su rutina para poder cumplir con los requerimientos del negocio, pero al mismo tiempo para poder atender a la familia. Es ese equilibrio el que nos permite tener una mejor calidad de vida.
¿Qué oportunidades y debilidades encuentra en este formato?
Es altamente eficiente en recursos y muy enfocado en resultados, sin embargo sí hace falta cierta conexión, la charla de pasillo, esa comunidad que se crea en la presencialidad y que justamente estamos recuperando en el formato híbrido.
Una vida dedicada al aprendizaje
Liderazgo. A sus 35 años de experiencia en el sector retail, corporativo y finanzas se suma un MBA en Business School, una especialización en Economía Empresarial por la Universidad del Pacífico y un Programa de Liderazgo en la innovación por la MIT. “Mi equipo y yo compartimos el entusiasmo por la innovación y el aprendizaje”, señala.