El mundo del arte ha tenido un 2021 agridulce: ferias de arte y museos a medio gas han convivido con la fiebre de los NFT, magníficas exposiciones, inauguración de nuevos centros de arte y los tradicionales récords de subastas.
Fiebre NFT
Los NFT -Non Fungible Tokens- llevaban tiempo rondando el mundo del arte, pero fue en marzo cuando hizo su entrada por la puerta grande.
Una obra de Beeple, desconocido hasta entonces para el gran público, alcanzó los US$ 69 millones en una subasta, fulminando varios récords de una vez, la obra digital más cara jamás vendida y el tercer artista vivo más cotizado.
El fenómeno, que también genera escepticismo entre los coleccionistas tradicionales, ha disparado las ventas online, que se han beneficiado de este fenómeno y ha atraído a jóvenes y nuevos coleccionistas.
La fiebre continúa y no parece tener fin, Melania Trump ha sido una de las últimas personalidades en lazar su propia plataforma de NFT. Cantantes como Ozuna y museos como el Hermitage, también se han apuntado a la ola. El tiempo dirá si la novedad es burbuja o ha llegado para quedarse.
Pese a este fenómeno, el mercado del arte ha vivido un 2021 a medio gas y no ha recuperado niveles prepandemia.
Una encuesta de Art Basel -la más importante feria de arte- hablaba de pérdidas para la mitad de las galerías, especialmente las más pequeñas.
Las ferias de arte, donde se cierran muchos de los tratos, se han celebrado reducidas o directamente se han suspendido, pero todos esperan, un año más, un mejor 2022.
Nuevas exposiciones y nuevos museos
La apertura de museos no se ha frenado por la pandemia: el 2021 ha sido uno año prolífico. En mayo, abrió sus puertas la Colección Pinault en el emblemático edificio de la Bolsa de París; luego lo hizo el flamante nuevo Museo Munch en Oslo y la esperada Academia de Cine de Los Ángeles.
Más modestos pero igual de gratificantes para el sector fueron las aperturas del centro Luma de Arles (Francia), con edificio de Franck Gehry, el M+ en Hong Kong o el imponente GES-2 en Moscú.
Muchas han sido las exposiciones que han sobrevivido a los estragos de la pandemia, muchas de ellas forzosos retrasos del 2020. Es el caso de las pasiones mitológicas de Tiziano, que viajaron por la National Gallery de Londres, el Museo del Prado de Madrid y el Isabella Stewart Gardner Museum de Boston durante el 2021.
También fueron excepcionales la retrospectiva de Jasper Johns, con doble sede, en el Whitney de Nueva York y el Museo de Arte de Filadelfia, la magna exposición de Goya en la Fundación Beleyer (Basilea) o el ajuste de cuentas del Pompidou entre la abstracción y las mujeres artistas con “Elles font l’abstraction”.
El 2021 fue el año que muchos museos -sobre todo en Estados Unidos- volvieron a abrir sus puertas tras un año cerrados a cal y canto. La vuelta del público ha sido lenta y paulatina, aunque todavía lejos de niveles prepandemia por la caída generalizada del turismo.
Récords de subastas
Las subastas parecen ajenas a la hecatombe generalizada del mundo del arte. La obra autodestruida de Banksy, que se vendió por 1.2 millones de euros en el 2018, volvió a salir a subasta y su precio subió de nuevo como la espuma hasta los 21 millones, batiendo el récord de principios de año del grafitero con un dibujo a lápiz que recaudó 19 millones de euros para los sanitarios.
Frida Kahlo desbancó a su eterno amor, Diego Rivera, como la artista latinoamericana más cotizada, tras la venta “Diego y yo” por US$ 34.9 millones; y Boticelli vio como uno de sus cuadros, “Hombre joven sujetando medallón”, alcanzó los US$ 92 millones, batiendo un nuevo récord para un artista del Renacimiento.
Aunque no rompió su récord, también fue un buen año para Basquiat, que alcanzó los US$ 93 millones, doblando el de salida, por “In This Case”; y para Monet, con “Le Bassin aux nymphéas”, que superó los US$ 70 millones, también para Rothko, 7con US$ 73 millones por “No 7″ con sus característicos colores.