Más de 80 organizaciones de verificación de hechos (fact-checking) de todo el mundo enviaron una carta abierta a YouTube para pedir medidas más eficaces para combatir la desinformación.
“Cada día vemos que YouTube es uno de los principales vectores de desinformación online en el mundo”, denuncian estos medios y ONG con sede en unos 40 países, como Estados Unidos (PolitiFact, The Washington Post), España (Maldita.es), Senegal o Kenia (Africa Check).
“No vemos mucho esfuerzo por parte de YouTube para aplicar políticas que resuelvan el problema”, indican en esta carta a su directora, Susan Wojcicki.
YouTube respondió diciendo que había “invertido mucho en políticas y productos para reducir la difusión de información falsa”.
“Se han hecho importantes progresos”, añadió una portavoz de YouTube, Elena Hernández, que dijo que la verificación de hechos era “una pieza de un rompecabezas más grande para hacer frente a la difusión de la desinformación”.
Los firmantes de la carta están preocupados por la “desinformación desenfrenada”, que se vio acelerada por la epidemia de COVID-19.
Los documentales conspirativos y los vídeos que promueven falsos remedios han cosechado millones de visitas en YouTube que, al igual que Google, pertenece al grupo Alphabet.
Los verificadores de hechos siguen preocupados por riesgos como la desestabilización política y dicen estar dispuestos a “colaborar con YouTube para poner en práctica sus propuestas”, como luchar contra la opacidad de los algoritmos, los “infractores reincidentes” o los vídeos de habla no inglesa que escapan a la vigilancia.