El tiempo que les toma a las empresas recibir sus pedidos de chips se ha extendido a más de 20 semanas, lo que indica que la escasez que ha frenado a los fabricantes de automóviles y de computadoras está empeorando.
Los tiempos de entrega de chips, la brecha que transcurre entre que se pide un semiconductor y que se recibe la entrega, aumentó más de ocho días en julio a 20.2 semanas con respecto al mes anterior, según una investigación de Susquehanna Financial Group. La cifra de junio ya era el tiempo de espera más largo desde que la empresa comenzó a rastrear los datos en el 2017.
La escasez de microcontroladores, chips lógicos que controlan funciones en automóviles, equipos industriales y electrónica doméstica, aumentó en julio, según el informe.
Los plazos de entrega para ese tipo de chip ahora son de 26.5 semanas, en comparación con un rango típico de seis a nueve semanas. En mejores noticias para las industrias que dependen de los semiconductores, los tiempos de entrega se redujeron para los chips de administración de energía, semiconductores que regulan el flujo de electricidad en todo, desde teléfonos inteligentes hasta generación de energía solar.
La escasez de semiconductores ha afectado principalmente a la industria automotriz, que se pronostica que perderá más de US$ 100,000 millones en ventas de vehículos que no puede fabricar. Otras áreas también se han visto afectadas y muchos fabricantes de productos electrónicos, incluidas las empresas más grandes, como Apple Inc., han sido incapaces de satisfacer toda la demanda de sus productos.
Los inversionistas observan los plazos de entrega en busca de pistas sobre ocasiones en que los usuarios de semiconductores están haciendo pedidos en exceso y construyendo inventario, generalmente el presagio de una caída en la demanda.
Ejecutivos de la industria de chips han advertido no hacer esa suposición esta vez, argumentando que sus clientes están más dispuestos a hacer compromisos de suministros a largo plazo que en el pasado.