Seamos claros sobre algo: el lanzamiento el martes del cohete SpaceX fue increíble. Colocar un Tesla Roadster en órbita encima del cohete fue una idea genial de marketing; imagine el eslogan "¡Un millón de millas sin carga!"

También seamos claros sobre otra cosa: esto no tiene nada que ver con el desempeño de Tesla como empresa (incluso si el mercado bursátil a veces insinúa lo contrario.) En ese frente, 100.000 autos Model 3 detenidos en lotes cerca de Fremont, California, valdrían mucho más que un deportivo eléctrico viajando hacia el cinturón de asteroides.

Por desgracia, no hubo tanta suerte. Un día después del júbilo merecido en Cabo Cañaveral, volvimos a la tarea relativamente mundana de informar los resultados trimestrales de Tesla. La gran pregunta era si Tesla modificaría su objetivo de producción del Model 3 (de nuevo). No lo hizo, afortunadamente. Sin embargo, como suele ser el caso con esta empresa, hay advertencias:

Es importante tener en cuenta que, si bien estos son los niveles que pretendemos alcanzar y tenemos planes para lograrlos, nuestra experiencia previa con la producción del Model 3 ha demostrado la dificultad de pronosticar con precisión las tasas específicas de fabricación en puntos específicos en el tiempo.

En otras palabras, las ambiciones de Tesla para el Model 3 permanecen intactas, pero tenga en cuenta que tales ambiciones han demostrado, en ocasiones anteriores, ser un poco demasiado ambiciosas. La tasa de producción actual no fue actualizada, a pesar de las repetidas preguntas en la conferencia telefónica del miércoles por la noche, lo que es preocupante.

Recordemos que hace un mes Tesla afirmó que había alcanzado un ritmo que "extrapola" a más de 1.000 vehículos por semana. Lo que sea que eso signifique exactamente, no parece haber sido sostenido, al menos según las estimaciones de ventas de InsideEVs: calcularon las entregas de enero del Model 3 en poco menos de 1.900 en total.

Resolver los problemas de la línea de producción del Model 3 es fundamental si 2018 va a ser, como Tesla lo dice con su moderación habitual, "un año transformador". Todo ese capital instalado produciendo vehículos a goteo destroza el margen de ganancia bruta de Tesla. El margen del 18.9% para el negocio automotor fue débil. Sin embargo, incluso eso se debió a la venta por parte de Tesla de la mayor cantidad de créditos de vehículos de cero emisiones que en cualquier trimestre (vea esto para una explicación detallada).

Tesla tiene dificultades con lo que cualquier empresa de Silicon Valley que opta por innovar finalmente debe hacer: escalar. Espera vender 100.000 vehículos Model S y X este año, lo que significa cero crecimiento en ese frente. Y aun cuando Tesla se jacta de crecer en otros frentes, hay muy poco que mostrar en términos de apalancamiento operativo. Por ejemplo, los ingresos aumentaron en 44% en el cuarto trimestre, sobre una base interanual. Sin embargo, la ganancia bruta de la compañía aumentó en menos del 1% y su pérdida neta se triplicó con creces a su peor nivel.

A lo que finalmente llega esto es a dinero en efectivo. En ese frente, Tesla realmente mostró resultados mucho mejores de lo previsto, con un flujo de caja libre negativo de solo US$277 millones frente a una cifra consensuada de US$901 millones. Pero otra vez: advertencias, amigos.

En primer lugar, las definiciones: Tesla no cuenta el gasto en sistemas de energía solar que se arrendarán como gastos de capital. Esto es comprensible hasta cierto punto, pero consumen significativamente más de US$100 millones por trimestre y deben ser contabilizados en algún lugar (¿inventario?). En segundo lugar, Tesla contabiliza los depósitos de los clientes como flujo de caja operativo, aunque estos son reembolsables y, en esencia, préstamos a corto plazo sin interés.

Aun así, supongamos que los depósitos son dinero en el banco. Aumentaron en US$168 millones en el trimestre, lo que es algo bueno y refleja, al menos en parte, la adición de depósitos para el nuevo semirremolque y el Roadster actualizado de Tesla.

Otro factor importante fue el capital de trabajo negativo, que contribuyó en casi US$ 500 millones. Más del 40% de ese monto reflejó la disminución de los inventarios, ya que Tesla redujo la producción en general en el trimestre, y aproximadamente otro 20% se debió a una caída en las cuentas por cobrar.

El gasto de capital se ubicó muy por debajo del pronóstico de consenso, en US$ 787 millones (sin contar los equipos de energía solar) en lugar de los US$ 1,000 millones previstos. Sin embargo, como señaló Tesla, eso reflejaba que parte del gasto de capital relacionado con el Model 3 fue diferido.

Todo esto es una reminiscencia del tercer trimestre de 2016, cuando una gran variación favorable en el capital circulante, un gasto de capital relativamente bajo y un aumento en las ventas de créditos de emisiones ayudaron a Tesla a "arrojar un pastel en la cara de todos los detractores en Wall Street", para usar la frase del máximo ejecutivo, Elon Musk. Al igual que en ese entonces, la mayoría de estos factores no son repetibles

Y Tesla ahora espera que el gasto de capital en 2018 exceda el nivel del año pasado de US$ 3,400 millones, que equivale a la cantidad de dinero en efectivo que Tesla tiene en el banco. Esta, más que nada, es la razón por la cual Tesla debe alcanzar su máximo rendimiento en el Model 3. De lo contrario, levantar más capital podría ser inevitable en el segundo semestre del año.

En ese frente, Tesla ha demostrado un talento para recurrir a distintas fuentes, como la emisión de bonos de alto rendimiento del verano boreal pasado. Pero esto también tiene un costo: el gasto por intereses de la compañía se duplicó con creces, sobre una base internual, en el trimestre y equivale, notablemente, a un tercio del beneficio bruto. Tesla debería alcanzar la velocidad de escape pronto.

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