Además de adelantarnos qué nos deparará el futuro, el Mobile World Congress (MWC), que concluyó este jueves, exhibió diversas soluciones que ambicionan mejorar la vida de gente a la que la tecnología ha tendido a olvidar, ya sean personas mayores o habitantes de zonas despobladas, por ejemplo.
Una silla de ruedas inteligente, avances en la telemedicina y contra la exclusión financiera son algunas de las innovaciones que se pudieron ver estos días en Barcelona en la mayor feria tecnológica del mundo.
La apuesta de Fujitsu y su E5G
La firma nipona Fujitsu quiere dar lugar a “un nuevo mundo hiperconectado” a través de su red privada de tecnología 5G, con velocidades de hasta 20 Gbps, latencias de milisegundos o cobertura a miles de dispositivos de manera segura. Ello tiene varias implicaciones, dos de ellas pensadas para ayudar a superar dificultades con la tecnología.
Es el caso de un innovador servicio de telemedicina, con el que un doctor o doctora puede pasar consulta al paciente a kilómetros de distancia, algo que puede ser útil, por ejemplo, en zonas alejadas. No se trata de una revisión superficial, sino que el 5G posibilita tomar la tensión y la temperatura o pesarse en la báscula y que los resultados lleguen al instante, al facultativo.
Fujitsu también ideó un servicio de ayuda cuando los cajeros automáticos no responden a nuestras demandas. En vez de desesperarse llamando a un teléfono (seguramente de pago y atendido por un robot), una solución de atención remota, bautizada como DIVA, ofrece hacer una suerte de videollamada avanzada con la que el operador podrá ver exactamente cuál es el problema y describir al usuario los pasos a seguir.
Tecnología para ayudar a los mayores
La china Xiaomi fabricó un perro-robot experimental que, entre otras funciones, puede ser usado para acompañar a personas mayores o con discapacidades.
Se vendieron ya más de mil unidades de este animal sin carne ni huesos que, sin embargo, es capaz de dar la pata, saltar -aunque no subir escaleras- o reconocer a una persona y seguirla evitando obstáculos visuales.
Todavía en fase inicial, este perro-robot puede ser controlado mediante un celular o con órdenes de voz, soporta un peso de hasta 3 kilos y gracias a sus seis cámaras y once sensores puede memorizar espacios y desarrollar mapas.
La coreana Digico KT, asimismo, está desarrollando una silla de ruedas con cierta autonomía: capaz de evitar obstáculos -igual que hacen los ya conocidos pequeños robots que limpian suelos-, con un botón para llamadas de emergencia y posibilidad de ser conducida en remoto. Además, al ser eléctrica permite ser movida con mayor facilidad.
Los urinarios inteligentes de la empresa emergente barcelonesa Kamleon también dan servicio a los ancianos, especialmente a los que presentan algún tipo de demencia. El barcelonés Hospital del Mar ya inició un piloto con este producto, que calcula a través de la orina el nivel de hidratación de la persona. El deterioro cognitivo, explican desde la empresa, puede hacer perder la percepción de sed.
Conectividad en todo el territorio
Una prueba piloto de la Mobile World Capital Barcelona (MWCapital) y la compañía española Hispasat quiere dotar de conectividad vía satélite de banda ancha e Internet de las Cosas (IoT) a la comarca pirenaica de Val d’Aran, fronteriza entre España y Francia.
La iniciativa pretende garantizar la conectividad con banda ancha en las zonas de alta montaña, por lo que, una vez validada su eficacia, puede ser extrapolable.
Una mejor conectividad permitirá mejorar la gestión de las emergencias y ayudará en la prevención de los riesgos naturales, el control del turismo y la monitorización de la ganadería y la fauna, entre otros casos de uso.