En el mundo de las finanzas, para los nuevos modelos de negocio que aún no están contemplados por una normativa, se establecen los ‘sandboxes’ (cajas de arena) regulatorios, los mismos que funcionan como campos de pruebas a cargo de los entes supervisores.
En el Perú, la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS) publicó el miércoles último un proyecto de reglamento de sandbox regulatorio que se esperaba desde enero del 2020, cuando se publicó el Decreto de Urgencia 013-2020. Este modificó la Ley General del Sistema Financiero permitiendo que la SBS otorgue autorizaciones para la realización temporal de modelos novedosos de negocios.
Esta disposición tiene como objetivo impulsar la innovación financiera, pero orientada a las empresas de operaciones múltiples como bancos, financieras, cajas rurales y municipales empresas de factoring, fiduciarias y seguros, todas bajo el ámbito de supervisión de la SBS, explicó la asociada del Área de Banca y Finanzas en DLA Piper Perú, Farah Torres.
Si bien indicó que es positivo, añade que puede mejorarse en el sentido de abrirse a nuevos actores. “El proyecto está dirigido a los actores que están bajo el ámbito de supervisión de la SBS, y también a los que tienen autorización de organización, pero no a actores totalmente nuevos. Entiendo que esto es para tener una gestión de riesgo, sabiendo que las empresas autorizadas tienen un respaldo patrimonial”, anotó.
Por su parte, Gabriela Dañino, socia del estudio Miranda&Amado en el área de Mercado de capitales, financiamiento y regulación financiera, calificó al proyecto de reglamento –que será sometido a consulta y el público puede brindar sus comentarios hasta el 24 de junio— como un gran avance.
Sostiene que permitirá a las empresas supervisadas por la SBS realizar determinadas actividades de manera digital, sin necesidad de trámites administrativos o autorizaciones previas. Además, en otros casos, las facultará a efectuar pruebas específicas para validar en la práctica modelos financieros o de negocio novedosos, previa autorización de la SBS.
“La posibilidad de acceder fácilmente bajo la supervisión de la SBS a espacios de experimentación por un plazo determinado (12 meses) y con un número limitado de usuarios, garantiza una adecuada protección del consumidor y del sistema y, además, abre un gran espacio para la innovación”, sostiene Dañino.
Acota que la opción de acceder a espacios de prueba bajo un marco regulatorio flexible atraerá y promoverá la inversión y el desarrollo de este tipo de productos innovadores. También cree que será un incentivo para la formación de nuevos partnerships de empresas ajenas al sistema con empresas que sí califiquen para acceder al sandbox.
Orientación a la innovación
Dañino agrega que este proyecto de reglamento se suma a otras iniciativas como la reciente publicación de la SBS del Reglamento para la Gestión de la Seguridad de la Información y la Ciberseguridad, que es importante para el ecosistema fintech y las transacciones digitales.
También, la Superintendencia del Mercado de Valores (SMV) acaba de publicar la semana pasada el Reglamento de Crowfunding, “lo que también abre un abanico de alternativas para el financiamiento de pequeñas y microempresas a través plataformas administradas por Sociedades Administradoras supervisadas”.
Por otro lado, el Banco Central de Reserva (BCR) también emitió el año pasado el Reglamento del Servicio de Pago con Códigos de Respuesta Rápida (QR), para establecer un estándar para estos pagos, abarcando en su ámbito de aplicación a los proveedores de códigos QR, proveedores de billeteras digitales y a las redes de pago que participan en el servicio.
¿Qué faltaría? Para Dañino es difícil saberlo por el ritmo con el que avanza el mundo fintech y de innovación y siempre pueden aparecer soluciones, productos y servicios novedosos que no necesariamente requieren regulación.
“Más que regular a las empresas fintech en sí, la clave es identificar aquellas operaciones novedosas que las empresas supervisadas quieren realizar y determinar si conviene o no regularlas, intentando siempre dar la flexibilidad necesaria. Tampoco se trata de caer en la sobre regulación y hacer del Perú un mercado rígido para el desarrollo de nuevas tecnologías que avanzan a la par de las necesidades actuales”, precisó.