Un revolucionario espray nasal médico, unas células solares flexibles y unos empastes basados en nanopartículas son algunos de los inventos que ha premiado este jueves la Oficina Europea de Patentes (EPO, por sus siglas en inglés).
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El organismo dio a conocer a los ganadores de su “Premio Inventor Europeo” en una gala híbrida a causa del coronavirus que combinó realidad aumentada, pedagogía, entrevistas en directo a distancia con los 15 finalistas y público en directo, pero en remoto.
Muchos finalistas coincidieron en destacar, como consejo a emprendedores e investigadores, la necesidad de “soñar grande”, “ser curiosos”, “persistentes” y no darse por vencidos ante los fracasos, porque rara vez se tiene éxito en la primera ocasión.
El noruego Per Gisle Djupesland fue el ganador de la categoría “Industria” (al menos 250 trabajadores y US$ 50 millones de facturación) por una fórmula para “la administración nasal de fármacos” revolucionaria, mucho más efectiva que los habituales sprays.
“Esto es inimaginable. Estoy muy contento”, dijo Djupesland, que explicó que está desarrollando ahora un antiséptico para administrar con este dispositivo para “parar” el Sars-CoV2 o “reducir su reproducción”.
“Esperamos que las pruebas clínicas tengan éxito”, afirmó el ganador en la categoría “Industria.
El austríaco Robert Grass y el sueco Wendelin Stark fueron los ganadores de la categoría “Investigación” por patentar un sistema de “almacenamiento de datos basado en el ADN”, un método capaz de preservar ingentes cantidades de información en múltiples formatos en perfectas condiciones y a largo plazo.
Stark destacó al conocer la noticia que su invento había sido posible gracias a “un gran intercambio de ideas y conceptos” con expertos de múltiples disciplinas “para ver cómo resolver problemas”.
En la categoría “Países no pertenecientes a la EPO” se impuso la india Sumita Mitra por el desarrollo de un material basado en nanopartículas para la producción de “empastes (dentales) robustos, duraderos y estéticamente agradables”. La ganadora se dijo “muy contenta, honrada y excitada” por el reconocimiento de este invento que ha “beneficiado a tanta gente”.
El sueco Henrik Lindström y el italiano Giovanni Fili fueron los ganadores en la categoría “Pymes” por patentar “células solares flexibles para dispositivos portátiles”, un invento basado en la fotosíntesis de los vegetales.
Esta invención, que empezó con un boceto en una servilleta, como explicó Fili, ha supuesto mucho trabajo y tiempo, pero finalmente está rindiendo beneficios.
Finalista española
La española Carmen Hijosa también estaba nominada en esta categoría -la única de esta nacionalidad entre los 15 finalistas- por desarrollar un proceso para convertir las hojas de piña en una “alternativa sostenible al cuero”, un material “suave, duradero y versátil” además de sostenible, según la EPO.
“Su alternativa al cuero no solo apoya a las comunidades agrícolas, sino que también es utilizada por las principales marcas de moda internacionales”, señaló la organización.
En la Categoría “Trayectoria”, donde los tres finalistas acumulaban más de una docena de patentes, el ganador fue el alemán Karl Leo por sus avances en el ámbito de los semiconductores orgánicos.
Por último, la finalista en la categoría “Trayectoria”, Gordana Vunjak-Novakovic, de Serbia, se hizo con el premio del público por sus hallazgos en el terreno de la ingeniería de tejidos orgánicos. Obtuvo alrededor del 48% de los más de 29,000 votos emitidos por el público en los últimos 40 días.
A la final de los premios de Innovación de la EPO llegaron 15 finalistas, de un total de 400 candidatos iniciales, procedentes de más de una docena de países.
Sus inventos abarcaban del diagnóstico y la obtención de imágenes por ultrasonido hasta la biometría, de la producción de plástico sostenible a la protección de la vida silvestre.
Un equipo de expertos de la EPO seleccionó a los finalistas de las cinco categorías oficiales tras un análisis individual de sus innovaciones y un jurado multidisciplinar externo eligió posteriormente a los ganadores. El premio popular se basó en una votación pública a través de internet.
La EPO anunció que a partir del año que viene ampliará sus premios para reconocer también a jóvenes inventores, con una nueva categoría exclusivamente para menores de 30 años.
El presidente de la EPO, António Campinos, aseguró que todos los finalistas eran “pioneros” en su campo y aportaban “notables logros en el avance de la tecnología”, además de “impulsar el crecimiento económico y allanar el camino hacia un futuro brillante”.