Tres minutos basta: ¿Y qué le dirías a alguien que tiene temor de hablar en las reuniones?
Tres minutos basta: ¿Y qué le dirías a alguien que tiene temor de hablar en las reuniones?

¿Y qué le dirías a alguien que tiene temor de hablar en las reuniones? “Apuesta por ti” Sí, le diría eso. Apuesta por ti.

Cuando a mi Instagram me llegó esta pregunta no pude más que recordar los cientos de veces que me ha pasado lo mismo. Y me sigue pasando. Porque 20 años de experiencia no hace que se vayan los miedos a meter la pata. Así que muchas gracias a la persona que me envió la pregunta porque me hará reflexionar sobre mi mismo.

Seamos honestos. La verdad es que es más cómodo no hablar. Porque si no hablas, no hay riesgo. Pero, sin riesgo no se llega a nada.

Trabajo en banca y los banqueros sabemos que la inversión sin riesgo es la menos rentable, y que a mayor riesgo aumenta la rentabilidad. Aquí es lo mismo. Si la reunión es con mis pares, menos riesgo que si también está mi jefe, y menos riesgo que si también está el jefe de mi jefe. Y en la misma medida, si mi comentario resulta valioso y estaba el jefe de mi jefe, la rentabilidad de imagen y demostración de conocimiento será mucho mayor.

Por eso, es importante tener claro que el hablar en una reunión es una oportunidad y una apuesta. Una apuesta por ti.

Evidentemente debes estar en un tema que conoces bien, en el que te sientes cómodo, y en el cual las probabilidades al error son menores. Pero eso no quita el temor porque sigues sintiendo el riesgo.

Por eso propongo dos fórmulas que puedes usar.

La primera es empezar diciendo, “perdón, puede que esté equivocado, pero tal vez…” Esta fórmula recoge varias cosas positivas. Humildad. Declaro que no soy dueño de la verdad. Pide disculpas anticipadas y da la opinión en condicional. Todo eso hace más fácil hablar porque te sientes más protegido del riesgo a equivocarte.

La segunda fórmula es aun más segura, y es empezar diciendo, “si me permiten, puede que en este tema el foco esté en …”. Está fórmula tiene la ventaja de que no es tu opinión. Simplemente pones una reflexión sobre la que sin duda alguien seguirá opinando y tú solo lanzaste el hilo de la madeja con humildad.

Pero las dos fórmulas requieren de un paso previo que es una convicción: Si no tomas el riesgo tampoco recogerás los beneficios, y por lo tanto, debes apostar por ti, respirar hondo y atreverte.

En mi instagram @ignacioquintanillasalinas siempre podemos entrar en más detalle.

La próxima vez que se de la oportunidad, lánzate y apuesta por ti.

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