Actualmente se viven años de crecimiento económico e incluso antes del COVID-19 el Perú era considerado una de las grandes promesas de América Latina. No obstante, hoy resultan evidentes los graves problemas estructurales que tenemos y que fueron desatendidos por décadas, sobre todo relacionados con la atención de servicios básicos de nuestra población.
En este episodio, Gisella Benavente – CEO de Axia Consulting Group, analiza la realidad de una gran mayoría de peruanos y la importancia de nivelar oportunidades para demostrar que la democracia no juega sólo a favor de quienes tienen poder, sino que prioriza el bienestar de todos para defenderla.
Benavente señala que según datos de la Asociación de Fomento a la Infraestructura – AFIN-, la mitad de los hogares de nuestro país no tiene acceso a uno o más servicios básicos como agua, saneamiento o electricidad. Y en las zonas rurales, casi el 70% de los hogares carece de al menos uno de estos servicios. En Lima Metropolitana se registra más del 40% de hogares que no accede a ninguno de estos servicios básicos.
Agrega que la democracia está basada en que tenemos igualdad de oportunidades y, por tanto, se debe demostrar que el crecimiento económico puede traducirse en bienestar para la mayoría de las personas. “El esquema de élites en el que hemos estado viviendo ha generado una desconexión con la realidad del país, contribuyendo a la crisis de confianza en el sistema que finalmente nos afectado a todos”, opina.
Benavente explica que se necesita construir un modelo de sociedad más inclusiva, en la que todas las personas tengan las oportunidades y los recursos necesarios para participar plenamente en la vida económica, social y política. Señala que las personas tienen que saber que existe igualdad de oportunidades para mejorar su calidad de vida y en el país, el 85% de los ciudadanos a nivel nacional señala que la igualdad ante a la ley se respeta poco o nada, según datos del INEI.
Así también, los continuos escándalos de corrupción que involucraron tanto al sector público como al sector privado han contribuido a debilitar la confianza en el sistema. En el Perú, según información del INEI, más del 60% de la población coloca a la corrupción como la principal preocupación y según una encuesta de Datum a nivel nacional, el 60% de los ciudadanos considera que la gran empresa paga coimas para obtener lo que necesita. “Lo importante de esto es que aún cuando las percepciones de las personas pueden ser distintas a la realidad, es su verdad”, señala.
Recuerda que otro desafío con el que se ha convivido durante años es que el Perú ocupa el puesto 129 de 137 países en calidad de la educación primaria según el Foro Económico Mundial. Agregó que mejorar la educación amplía la capacidad de las personas de librarse de la pobreza facilitando la inserción laboral y mejorando el ingreso de los hogares; incrementa la movilidad social, al crear más oportunidades de que los niños de familias pobres puedan vivir mejor que sus padres; y, fortalece las sociedades democráticas al promover igualdad de oportunidades.
La ejecutiva señala que tener la cancha desnivelada impide el desarrollo, contribuye a la desigualdad social, entre otros efectos negativos. “Necesitamos nivelar oportunidades y dejar de pensar en “ellos” y “nosotros”, pues la inclusión se trata de comprender y aceptar que todos somos parte de una misma sociedad y, por lo tanto, el bienestar de todos es el propio”, precisa.
Finalmente, mostró su preocupación por las secuelas que este proceso electoral dejará en la sociedad. “Esta contienda está impulsando una creciente división con el riesgo de permanecer en el futuro. La polarización social y política es fuente de conflicto en las sociedades, y no podemos olvidar que la sociedad que construyamos será en la que viviremos”, finalizó.