El consumo de productos orgánicos (libre de agroquímicos) en el mundo viene siendo una tendencia que crece cada día más, siendo Europa el continente de mayor demanda, debido a su mayor interés por consumir alimentos saludables y que sean amigables con el medio ambiente.
Un estudio de la organización alemana Bund Okologishe Lebensmitterlwirtschaft, revela que Suiza encabezó el top de 10 países con el mayor consumo per cápita de alimentos orgánicos en el mundo en 2017, con un consumo que superó los 280 euros por persona. Continúa Dinamarca con un consumo de 278 euros por persona y Suecia con 237 euros por persona.
De igual manera, un reporte de la Comisión Europea del año 2020 revela que Perú es el quinto exportador de productos orgánicos a Europa, siendo los principales productos enviados, frutas tropicales.
El camino, la barrera
Perú inició el camino de los cultivos orgánicos en el año 2008 en tanto los productos que ya están posicionados en el mercado internacional a la fecha son el café orgánico, banano orgánico, cacao orgánico y recientemente la quinua orgánica.
En diálogo con Gestión.pe el presidente del Gremio para la Protección de Cultivos (Protec) de la CCL, Rubén Carrasco, señala que a la fecha en el Perú unas 400,000 hectáreas están destinadas al cultivo orgánico, de las cuales unas 100,000 hectáreas son de café; en tanto, la exportación de productos orgánicos crece a una tasa de 10% anual.
Explica que el Servicio Nacional de Sanidad Agraria del Perú (Senasa) es la entidad que certifica si una hectárea es orgánica o no, y para ello, realiza un proceso de supervisión.
“El agricultor debe ir registrando todo lo que usa para controlar las plagas y enfermedades, así como para fertilizar. Esos productos también tienen que pasar por certificaciones para que el Senasa lo valide, todo debe ser orgánico. No puede haber ningún químico para que pueda pasar la certificación”, afirma, para luego precisar que al tener esta certificación, recién se puede iniciar el cultivo de los productos y posteriormente enviarlos al país de destino.
Carrasco también indica que los precios de los productos orgánicos son 50% mayores respecto a los cultivados de manera tradicional, y por esta razón todos los productores quisieran seguir este camino, sin embargo, no todos pueden hacerlo.
Y es que según indica, no es sencillo iniciar el cultivo de productos orgánicos pues en ese proceso aparecen que las plagas y enfermedades agresivas, que incluso mutan, perjudicando toda la producción.
“Entonces cuando son tan agresivas no se puede sostener un cultivo orgánico, porque se necesita contrarrestarlo, de lo contrario, estuviera en riesgo la producción de alimentos. Esto debe ir de forma gradual, con manejo integral adecuado y aplicación de buenas prácticas agrícolas”, dijo.
Carrasco precisó, además, que al no ser sencillo este proceso de cultivo, hoy aparecen más productos de control de plagas y enfermedades a base de los mismos cultivos orgánicos. Estos también deben ser certificados por el Senasa.
Roya amarilla
Menciona que en el pasado, ante la llegada de las plagas, algunos cultivos reportaron caídas y no pudieron ser certificadas como orgánicos.
Un caso importante fue cuando llegó la roya amarilla a Perú afectando los cultivos de café en el año 2013, y que incluso se expandió a otros países de la región.
La roya amarilla del café es una enfermedad producida por el hongo Hemileia Vastratrix, por lo que se considera el mal más importante de este cultivo.
De acuerdo a datos del Ministerio de Desarrollo Agrario (Midagri), las regiones que fueron más golpeadas con la plaga fueron Cajamarca, San Martín, Amazonas, Junín y Cusco, que representan el 90% del área cafetalera.