Bloomberg.- Las promesas de Donald Trump de deportar a los inmigrantes indocumentados y levantar un muro en la frontera entre Estados Unidos y México contribuyeron a lograr sorprendentes victorias electorales republicanas, pero ahora se topan con crecientes cuestionamientos de miembros del partido.

Tres senadores republicanos están trabajando con los demócratas para proteger a unos 750,000 inmigrantes jóvenes indocumentados de la deportación si Trump anula una orden de 2012 del presidente Barack Obama que les permitía permanecer en los Estados Unidos.

Los legisladores quieren "garantizar que los hijos que fueron traídos aquí por sus padres, sin que tuvieran responsabilidad alguna, puedan permanecer y completar su educación y continuar aportando a la sociedad", dijo el senador republicano Jeff Blake, de Arizona. Los republicanos Lindsey Graham, de Carolina del Sur, y Lisa Murkowski, de Alaska, lo apoyarán en una medida elaborada por el vicepresidente de la minoría demócrata, Dick Durbin, de Illinois, que será presentada después que inicie sus sesiones el nuevo Congreso el 3 de enero.

La campaña de Trump en gran medida se vio impulsada por su postura dura respecto de la inmigración. Una encuesta de Pew Research Center realizada en agosto reveló que el 79 % de los votantes de Trump quieren un muro fronterizo, frente a un 38 % del total de votantes registrados.

Pero entre los legisladores del Congreso, el deseo de levantar un muro a lo largo de las 1.933 millas (3.100 kilómetros) de la frontera con México ha desaparecido. Los republicanos de ambas cámaras en cambio están a favor de que haya más cercas, agentes de las patrullas fronterizas, drones y otros recursos para impedir la entrada ilegal de personas.

El presidente de la Comisión de Seguridad Interior de la Cámara de Representantes, Michael McCaul, dijo que presentará un proyecto con algunas de esas medidas en enero.

"A partir del mes que viene, la gente va a recibir lo que pidió", dijo el republicano por Texas el 9 de diciembre en The Heritage Foundation de Washington, cuando afirmó que el plan de "aumento de la seguridad fronteriza" es tan útil como un muro.

Eso podría no ser suficiente para Trump, que reaccionó después que el presidente de la Cámara, Paul Ryan, dijera el 4 de diciembre en el programa "60 Minutes" de CBS que "la situación en el terreno determina lo que se necesita" en distintas zonas de la frontera.

"Vamos a trabajar en el muro, Paul", declaró Trump ante un público que lo vivaba cuando ambos aparecieron juntos en Wisconsin el 13 de diciembre en la gira de agradecimiento del presidente electo. "Vamos a construir el muro, ¿de acuerdo? Créeme".

En una entrevista publicada en la revista Time a comienzos de diciembre, Trump no se echó atrás respecto de la promesa de anular las órdenes ejecutivas de Obama en materia de inmigración.

Pero también dijo que buscará una solución para los inmigrantes jóvenes indocumentados –conocidos como "soñadores" después del fracaso de la legislación para protegerlos- que "hará que la gente esté contenta y orgullosa".