(Reuters) Un mexicano que vive en Estados Unidos como desde hace 26 años logró una postergación a su deportación, luego de que un cardenal de la Iglesia Católica de Nueva Jersey y otros líderes religiosos salieran en su defensa.

Catalino Guerrero, un hombre de 59 años que vive en Nueva Jersey, está luchando para quedarse en el país, en medio de la intensificación de las redadas contra los ilegales desde que el presidente Donald Trump asumió el poder, dijo el arzobispo de Newark.

Guerrero pidió ante una corte en Newark que no se lo deporte por un año. En vez de ser detenido y deportado de inmediato, fue liberado junto a su familia y se programó una nueva audiencia para fines de mayo, dijo su abogado, César Martín Estela.

Si se garantiza su estadía en el país, Estela dijo que el próximo paso sería presentar un pedido de visa para Guerrero y luego la residencia definitiva.

Trump llegó a la presidencia con la promesa de construir un muro en la frontera con México y de llevar adelante deportaciones masivas. Desde que accedió al poder se decidió que cualquier extranjero que haya sido acusado de un delito puede ser deportado.

Guerrero, quien viajó a Estados Unidos en 1991 por la falta de oportunidades en su Puebla natal, se ha mantenido con empleos desde ese momento, dijo la Arquidiócesis, que agregó que el hombre fue contactado por funcionarios migratorios en febrero y un mes después se le ordenó que entregara su pasaporte.

No se pudo contactar de inmediato a Guerrero o a autoridades migratorias para que comentaran el tema.

El arzobispo Joseph Tobin, quien fue nombrado cardenal por el Papa Francisco en enero, se manifestó a favor de Guerrero junto a otros líderes religiosos, incluyendo un reverendo episcopal y un rabino.