Redacción Gestión

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París (Reuters).- El presidente francés, Nicolas Sarkozy, descartó cualquier acuerdo con el Frente Nacional de extrema derecha de Marine Le Pen, respaldado por casi un quinto de los votantes en la primera vuelta presidencial, para darles puestos en un gabinete o ayudarlos a ganar escaños en el Parlamento.

Una encuesta de opinión mostró que dos tercios de los partidarios de Sarkozy quiere que el mandatario forje una alianza con el Frente Nacional después de que Le Pen lograra un 17.9% el domingo, convirtiendo a sus 6.4 millones de partidarios en clave para el balotaje del 6 de mayo.

"No habrá pacto con el Frente Nacional", dijo a la radio France Info, agregando que había demasiados temas en que no estaban de acuerdo.

Sarkozy usó un acto de campaña en la región oriental de Alsacia, un bastión de la derecha, para dirigirse a los votantes del Frente Nacional citando los valores de la "Francia que trabaja", la familia, el cristianismo y el patriotismo.

También señaló que convocaría a un referendo para adoptar una norma de presupuesto equilibrada si el Senado liderado por los socialistas se niega a ratificar un tratado europeo sobre disciplina fiscal, que el socialista prometió renegociar para sumar medidas que reactiven el crecimiento.

Ganar los votos de Le Pen es un gran dolor de cabeza para Sarkozy y Hollande, quien se impuso en la primera vuelta con un 28.6% ante un 27.2% del mandatario y encabeza las encuestas de opinión para el balotaje.

Francia celebra elecciones parlamentarias en junio y Le Pen, cuyo partido no tiene escaños en la legislatura saliente, espera capitalizar el apoyo registrado en la contienda presidencial.

Sarkozy, el primer presidente en funciones en perder una primera ronda para la reelección, está siendo castigado por los problemas económicos, un desempleo de casi el 10% y un estilo personal exuberante.

Con sólo 10 días para revertir la opinión pública, prometió endurecer los controles a la inmigración y combatir la fuga de trabajos industriales.

Su Gobierno también señaló que se opondría a un aumento en el presupuesto de la Unión Europea luego de que el ejecutivo del bloque propusiera un alza del 6.3% el próximo año.

Hollande, que tiene una ventaja de 10 puntos sobre Sarkozy en la intención de voto para la segunda vuelta, dijo que si era elegido tratará de evitar una serie de despidos industriales, que aseguró estaban siendo deliberadamente retenidos hasta después de las elecciones.

Sarkozy buscó diferenciar a Le Pen, que propone que Francia abandone al euro como moneda y cierre sus fronteras a algunas importaciones, de sus votantes. "No habrá ministros del Frente Nacional, pero me niego a demonizar a los hombres y mujeres que votaron por Marine Le Pen, que emitieron un voto de crisis, un voto de ira, un voto de sufrimiento y un voto de desesperación. Tengo que escuchar su mensaje y tenerlos en cuenta", agregó.

En tanto, Hollande dijo a la cadena de televisión France 2 que no haría concesiones a la extrema derecha pero aseguró que quería demostrar que entendió el miedo y la ira de los votantes sobre el cierre de fábricas.

"He oído la ira. Veo a los trabajadores que se preguntan sobre el futuro de sus puestos de trabajo (…) que expresan su malestar votando a favor de Marine Le Pen", dijo Hollande. "En cuanto a los planes de despido, quiero que tengamos las medidas que permitan proteger y reforzar nuestra industria", dijo, sin entrar en detalles.