Al menos 30 serían instituciones públicas. (Foto: USI)
Al menos 30 serían instituciones públicas. (Foto: USI)

Las diversas acusaciones que vienen y se seguirán develando en el caso , y que ya logró la estrepitosa renuncia de a la Presidencia de la Republica, son reflejo de una profunda crisis moral que afecta al Perú.

Para Alonso Villarán, profesor de Pacífico Business School, el Perú pasa por una una crisis en la que el sector público y el privado comparten similar responsabilidad: “las dos caras de la misma moneda con la que se piden, ofrecen y pagan los sobornos”.

“Gran parte de la referida crisis moral está vinculada a un generalizado mal manejo de los llamados conflictos de interés, un concepto tan popular como poco comprendido. Esto último no es un problema menor. De hecho, lejos de un lujo inútil, entender la naturaleza de los conflictos de interés y su estatus moral es un elemento fundamental en la promoción de la ética de nuestro país”, dijo a Gestion.pe.

Explicó que a nivel personal, para comenzar, si todos los peruanos entendiésemos mejor lo que son los conflictos de interés y por qué son moralmente problemáticos, estaríamos mejor preparados para identificarlos y más motivados para gestionarlos éticamente.

“Los conflictos de interés son tan controversiales que hasta su definición es materia de debate. Expertos llevan décadas discutiendo y profundizando el tema. Esto, sin embargo, no impide esbozar una definición general”, acotó.

¿Cuál es esa definición?, pues un conflicto de interés es una situación en la que un interés dificulta que uno honre la promesa que hizo, al aceptar un cargo o posición, de realizar los deberes ligados a dicho cargo o posición.

Según Villarán, si la definición previa es correcta, entonces saber si estamos ante un conflicto de interés no es tan complicado: basta con tener en claro los deberes que vienen con el cargo o posición e identificar la existencia de algún interés que dificulte el cumplimiento de los mismos.

“Respecto a los deberes, estos son principalmente los que fijan el contrato por el que uno obtuvo el cargo o posición, pero incluyen también otros como los establecidos por ley (como ocurre en los puestos públicos) o el colegio profesional correspondiente (de ingenieros, arquitectos, etcétera)”, explicó.

Para el especialista, los conflictos de interés son moralmente problemáticos pues nos incitan a romper una promesa: “la que hicimos al aceptar el cargo o posición que ocupamos”.

“Es malo en sí mismo pues implica faltar el respeto al otro, empezando por quién nos contrató o nombró. Que romper promesas es malo por sus consecuencias es especialmente evidente y grave en el caso de los sobornos en el sector público, cuyos costos materiales e inmateriales son devastadores. La parte privada que ofrece el soborno o consciente el pedido de la autoridad es, por su parte, corresponsable moral de lo que ésta haga”, comentó.

Finalmente, subrayó que los conflictos de interés son “moneda corriente” en Perú y estar inmerso en uno no es, en sí mismo, inmoral.

“El problema es cómo los enfrentamos. Que su mayor comprensión nos ayude a evitarlos y, cuando esto no sea posible, a gestionarlos sabiamente”, finalizó.

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